Día 57: Suplantador

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Ernesto es tierno y todo, pero soy un maldito superficial. Pablo es demasiado guapo como para dejarlo ir, además... Si tengo pene tendré que usarlo ¿no?

Pensé dos días enteros sobre aquella posibilidad, incluso hablé con mis gónadas para llegar a una conclusión.

-¿Te atreves?- lo miré hacia abajo y el muy cabrón se deprimía, asustado supongo y es que yo mismo estaba espantado ante la idea.

-Que cosa más fea... Ahora entiendo porque eres maricón. Deberías cortártelo mijo...- escuché de pronto a la vieja entrometida de siempre.

Su ojos cansados miraban detenidamente mi entrepierna, incluso se atrevió a tocarlo con un pedazo de ramita.

-¡Vieja cochina!- le grité antes de empujarla al suelo. ¿Cómo se le ocurre decirme eso?

Independiente de esa experiencia, ya había decidido que haría todo lo posible por estar con el rubio. Especialmente porque si lo follaba, significaría que tengo una ventaja sobre Laurita, porque ella no tiene polla.... Creo.

Llegué a mi sesión con el susodicho, dispuesto a utilizar por primera vez mi pene para algo que no sea mear.

-Está bien... Colócate en cuatro y esperemos que está cosa no esté vencida.- mencioné sin siquiera saludar, muerto del miedo.

Entusiasmado el muy marica hizo lo que le ordené, pronto veía su trasero blanquecino mostrarse abierto ante mí.

-Dame toda tu leche... Papi...- ¿Qué hicieron con mi machote? ¿Será que la electricidad me lo hizo pasiva? Si siempre tengo que cagarla.

Cinco minutos tocándome para nada, no podía excitarme y es que no me veía penetrando al rubio. Avergonzado salí corriendo, ¿qué estuve a punto de hacer? Eso va contra mi propia naturaleza.

Mientras corría por el pasillo, me percaté que alguien me seguía. Imaginé que era Pablo, sólo que al voltear me encontré con un pelirrojo de ojos cafés, vestido con la camisa de fuerza. ¿Y este loco de donde apareció?

-Escúchame bien, estás siendo engañado... Todos lo están siendo. Ese de ahí no es psiquiatra, es un loco más. El muy cabrón me quitó mi identidad e hizo creer a todos que yo era el enfermo.... Créeme por favor, yo soy el doctor Pablo, tienes que ayudarme a desenmascarar a ese farsante...- y yo quedé de una pieza. ¿Qué clase de cámara indiscreta es ésta? ¿Cómo le puedo creer a un interno? Tal vez sea un desvarío de un loco más, aunque... El rubio ha demostrado que no está bien psicológicamente, ¿será que en realidad está fingiendo? ¿qué hago ahora?

Diario de un Soltero GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora