Día 86: Feliz Año Nuevo

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Las fiestas llegaron y tuve que pasarlas con la amiga de doña Gracia. La navidad fue horrible, nos vistió de renos, tomamos chocolate caliente y luego la vieja cantó villancicos por dos horas. Lejos la peor de mis navidades y eso que cuando niño mis papás me hicieron creer que el viejito pascuero no me visitaba porque era muy feo.

"La Virgen se está peinando
entre cortina y cortina
los cabellos son de oro
y el peine de plata fina.

Pero mira cómo beben los peces en el río
Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
Los peces en el río por ver a Dios nacer.

La Virgen está lavando
y tendiendo en el romero
los pajaritos cantando
y el romero floreciendo.

Pero mira cómo beben los peces en el río
Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
Los peces en el río por ver a Dios Nacer".

Tuve que escuchar una y otra vez, porque parece que la vieja no se sabe otra canción. Juro que si veo un puto pez le voy a arrancar la cabeza con la boca, haber si se atreven a seguir bebiendo y bebiendo los muy cabrones.

Lo peor vino en año nuevo, porque como Berenice es tan católica, no celebra esa festividad y nos hizo dormir a las ocho de la tarde.

-Ahora se hace la santa, si cuando jóvenes la vi comerse vergas hasta con servilleta... - aludió doña Gracia mientras estábamos en la cama.

Por suerte mi amiga escondía una botella de whisky debajo del colchón y eso nos ayudó a divertirnos.

Creo que fue al séptimo trago, no recuerdo bien, cuando me quité toda la ropa y hacía bailar mi pene. Lo peor vino cuando entró la dueña de casa para retarnos.

-Son unos viciosos, los alcohólicos no gozarán de la salvación eterna... ¡Arrepiéntanse pecadores!- clamaba la fanática.

Me tuve que haber enojado mucho, porque al rato me encontraba sobre la vieja.

-Si todos sabemos que te gusta la polla ... Aquí tienes una... - me insinué borracho.

No sé qué mierda estaba pensando, como si hubiera querido que la vieja arrugada me hiciera una felación. Y lo peor de todo vino después.

-Si tendré que sacrificarme por redimir un alma perdida, lo haré... Es designio del señor, él me ha llamado a la santidad... - dijo la muy calentona.

Berenice quería chupármela y cuando recién me di cuenta, fue tanta la impresión, que terminé vomitando encima de ella. Vi hacia abajo y la descubrí con todo el cuello sucio.

Se fue gritando de la habitación, muerta de vergüenza y oliendo a establo.

-La muy puta quería pico... Hace rato que no le dan, así que hasta un maricón le sirve... - pronunció entre risas mi amiga.

Al otro día tenía mucha resaca y apenas pude entender todos los rezos que la vieja vomitada me dedicaba. Algo de un ángel, un espíritu raro, paraíso... Cruz... Ya saben, todas esas mentiras de los curas.

Año nuevo y vida nueva... Espero sea así, porque hasta ahora voy mal. No tengo trabajo, familia, novio, dinero, belleza, cordura, papeles limpios, amigos jóvenes... Y mejor no sigo, porque voy a terminar llorando en el baño. Últimamente he estado muy sensible, como si estuviera embarazado...¿Será que el hijo de la maraca de Laurita es mío y se me alteran las hormonas porque voy a ser padre? Ni quiero pensar en eso, es lo último que me faltaría.

Diario de un Soltero GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora