Día 81: Enemigos

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Ya, decidí que no voy a sufrir más por alguien que no quiere estar conmigo, no le voy a rogar ni nada, que se pudra el nuevo y guapetón Ernesto, puedo estar perfectamente sin amor.

Rechacé a Pablo,  así es que perdí pan y pedazo. Ah no, esperen... Recordé que gané una vieja loca y con plata que quiere vengarse de mí.

Pensé que todo era una broma, especialmente porque en una semana no me había hecho nada. Todo iba bien, hasta que....

El otro día desperté y no sé cómo, pero me encontré con el pelirrojo en mi cuarto.

-Mira, si hasta se depiló las bolas...- dijo doña Gracia, mientras levantaba la tela del speedo que usaba el psiquiatra.

Resulta que apareció sólo con esa prenda diminuta, mostrando su cuerpo de hombre fuerte y resaltando el enorme paquete que le dio Dios.

-¿Te gusta lo que ves?- me preguntó un tanto avergonzado Pablo y es que se sentía coibido con la anciana mirándole por todas partes.

Aquella escena me resultó sospechosa,   lo conozco y sé que no es capaz de hacer algo tan osado.

-Bueno... En realidad... Me envió mi mami, me dijo que intentara seducirte y dejarte en claro que puedes tener este cuerpo todos los días, si te casas conmigo...- dijo como si fuera un niño chico mandado por su mamá.

-¿Y tú mamá no te habló nada de una guapa y soltera anciana? Yo feliz me caso contigo mijo...- intervino Gracia de pronto, a la vez que le daba un nalgazo.

Doña Conchuda es mala, sabe cómo tentarme, pero no caeré en su trampa, no me voy a quedar con Pablo... Aunque está bastante sabroso y.... Bueno... Tampoco sería una mala idea ¿no?

Reconozco que estaba confundido, así que visité a Cata para pedirle consejo.

-Yo creo que debes intentar reconquistar a Ernesto, el amor no se puede forzar... Y ya te enamoraste...- sentenció convencida, como defensora del amor.

Estaba discutiendo con ella, cuando de pronto llegó al departamento Patricio. El bello delincuente tan sólo al verme, se alteró demasiado.

- Te he dicho muchas veces que no quiero que le veas...- gritó alterado.

-¿Quién te crees? Yo voy a ver a mi amiga toda vez que se me levante el culo...- lo enfrenté decidido. ¿Quién se cree?

-¿Piensas que no sé lo que buscas? Eres parte de la banda de El Papucho... Te hiciste amigo de mi mujer para vigilarme y darle información a tu jefe... Él es un hijo de puta que siempre ha querido destruirnos... Pero no lo va a logarar, eso que te quede claro.- me sorprendí mucho, era muy elaborado el discurso.

Yo mi sabía que mi amiga maricona era enemiga de Patricio, intenté aclararle todo, sólo que no me creyó.

-El Papucho es conocido por todos por estar obsesionado con las putas... Lo conozco bien y ese maricón no es. No trates de engañarme...- siguió con su historia extraña.

Cata prefirió que me fuera, y le hice caso para no darle problemas. Supongo que su novio se ha creído la mentira de La Papucha y por eso imagina que no es gay. Pobre tarado. Ni me interesan las rencillas entre delincuentes, seguiré viendo a mi amiga siempre que quiera y ese musculoso no me lo impedirá.

Diario de un Soltero GAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora