Florencia
A Florencia le gusta dormir junto a su novia porqué siempre se aferra a ella y recuesta su cabeza sobre su pecho, le gusta escuchar su corazón y sentirla cerca, puede pasar horas con los ojos cerrados, puede dormir en él piso, en él bus, en él metro o donde sea, pero ese sueño tan profundo que siente se acaba siempre que Amelie se inclina sobre ella para besarla, porqué cómo si fuera una diversión para su novia, siempre lo hace con él cabello mojado para despertarla. Florencia refunfuño molesta y trató de ocultarse bajó las sábanas.
- Me gustaría dejarte dormir todo el día. ¿Sabes? Todas la mañanas tus ojos se ven más verdes - Amelie la tomó de las mejillas y junto sus labios con los suyos, Florencia miró a su novia cómo en una especie de sueño, se ve tan bien con su cabello castaño y su abrigo amarillo desgastado - Como sea, regresaré en unas horas. Trata de no matar a la bebé y Florencia, no olvides que hoy es nuestra noche romántica -
- ¡¿Espera?! - gritó desde la cama - ¿Dónde irás? -
- Vendere mis pinturas porqué hay que pagar él alquiler - Amelie le sonrió desde la puerta y le mandó un beso - Y ya se que me dirás que tú puedes trabajar y pagarlo, pero quiero hacer esto Florencia. Además creó que tu cabello rojo se vería muy bien en un museo de París. Dale un besó de mi parte a la bebé y Florencia... te amo muchísimo, no lo olvides -
Florencia tomó asiento en la cama y miro a todos lados del ático, esta segura que es mediodía, su antigua yo no estaba acostumbraba a levantarse tan tarde, a está hora debería de estar en la perfumería, pero hay una bebé que no la deja dormir y cuando baja la vista puede verla cubierta entre las sábanas, tan pequeña que se pierde entre las almohadas, debería de dormir en una cuna, pero es mejor sentir que tiene a sus mamás cerca de ella, porqué Amelie siempre la acaricia hasta hacerla dormir.
- Paris - Florencia se acercó hasta él pequeño cuerpo de su bebé para escuchar su respiración, a veces tiene miedo de solo imaginar que pudiera morir, pero su bebé, vestida con su preciosa pijama blanca, solo hace pucheros cuando duerme - No te despiertes ¿sí? Sólo déjame tomar una ducha -
Pero solo las mamás pueden entender lo horrible que es tomar una ducha rápida. Florencia siempre tomaba una ducha en esa tina que su novia y ella compraron en un viejo bazar de París, pero en cuanto escuchó los lloriqueos de su bebé, se cubrió la cara con las manos. ¡Amelie es perfecta para ser mamá! Florencia lo único que hace todos los días es escuchar los llantos de su hija. Incesantes, fuertes y molestos.
Sin embargo, en cuanto dejó de escuchar los llantos al igual que un gato aullando, se asustó. ¿Y si está muerta? ¿Y si cayó de la cama? Florencia apenas y pudo cubrirse con una toalla al salir de la ducha corriendo para saber cómo estaba su bebé, está segura que esperaba verla con su pequeño rostro morado y muerta sobre la cama, pero su ático no es tan grande y en cuando salió pudo ver que su hija dejó de llorar no porqué está muerta, sino porqué alguien la sostiene en brazos.
- ¡¿Qué demonios haces aquí?! - gritó Florencia en cuanto vio al papá de su hija en la sala de su casa. Apenas y pudo cubrirse el cuerpo desnudo con la toalla y como si fuera instinto arrojó lejos el dildo que usa con su novia antes de que ese hombre lo viera, mientras trata de que ese pequeño pedazo de tela cubra sus senos.
- Lo siento, la puerta estaba abierta - Willim sonrió de lado cuando la vio sonrojada y mojada. Florencia jamás dejará de preguntarse cómo demonios William calma tan rápido a su bebé. Sólo la sostiene en brazos y ella deja de llorar - Estaba por tocar la puerta, pero Paris no dejaba de llorar y entré para saber si estaba bien. No pensé que tú estarías.... -
- ¿Desnuda? Si, gracias por adivinarlo - Florencia se oculta detrás de una pintura de su novia, así que ese hombre solo puede ver sus piernas desnudas. Está muerta de vergüenza y de frío - ¿Podrías darte la vuelta? Necesitó cambiarme, sólo no mires, no confío en los hombres. ¡No vayas a mirar! -
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...