Florencia
— ¿Florencia estas bien? — Florencia dejó de cortas las verduras para ver a su hermana Celine sentada en el banco de la rústica cocina con una sonrisa divertida — Ya sabes, tienes cara de que te rompieron el corazón ¿Problemas en el paraíso del amor lésbico, hermanita? —
— Estoy muy bien — Florencia rodó los ojos y siguió cortando verduras sin ponerle atención a su hermana — ¿Que no me vez? Incluso tengo ganas de cocinar —
Florencia no quiere que nadie le pregunte como esta. ¿Que no la ven? Esta escondida en la cocina, con el rostro pálido y con los ojos llorosos porque esta enojada y furiosa con esa pintora que le robó el corazón. Esta tan mal, que tuvo que pedir ropa prestada a su hermana Celine y su cabello no se ve como otros días, apenas y lo sostiene en un moño despeinado. Ni siquiera puede abrazar a su bebé, porque el perfume de su ropa le recuerda a Amelie, a esa sonrisa amplia, el olor a flores de su cabello y también le recuerda verla besándose con otra mujer.
— Claro Florencia, se nota que estas súper bien — su hermana Celine esta en medio de la cocina con sus tatuajes y su cabello corto, tan linda y tan rubia como su madre, pero la malvada no deja de soltar carcajadas sarcásticas — Yo también voy a hacer como si no pasara nada, como si Amelie no me haya llamado cientos de veces ayer por la noche llorando y desconsolada porque te llevaste a la bebé y te fuiste en un auto extraño sin decirle a donde. De verdad la asustaste, Amelie estaba a punto de llamar a la policía y yo estuve a punto de decirle que ese extraño auto era el de William —
— ¿Amelie te llamo? — Florencia carraspeo asustada, nerviosa de solo imaginar a Amelie llorando — ¡¿Ella estaba bien?! ¡¿Que te dijo?! —
— Bueno, que te llevaste a Paris sin decirle, que saliste corriendo de la fiesta y que no contestas sus llamadas. Amelie me pregunto si sabia donde estabas... —
— ¿Que le dijiste? — preguntó cada vez más preocupada
— Pues que no sabia donde estabas. ¡¿Porque demonios te fuiste sin decirle nada?! Ella también es mamá de Paris
Florencia no pudo contener el llanto y lágrimas se derramaron por sus mejillas, tiene los ojos tan hinchados que todos descubrirán que se paso la noche llorando en la habitación, que se paso la noche abrazada de Celine y que su bebé no podía dormir, aún no sabe si fue porque su mamá no paraba de llorar o porque también la pequeña Paris extrañaba a Amelie.
— ¡Ella me engañó! Bueno, eso creo, una chica la estaba besando y estoy ¡Furiosa! — apenas y puede hablar por el llanto — No regresaré hasta después del cumpleaños de mamá para que valore lo que siento por ella. Estoy estúpidamente enamorada de Amelie pero se ésta comportando como una idiota todo porque dejé que París tuviera un papá —
Pero Florencia tuvo que secarse las lagrimas rápidamente cuando su madre entró en la cocina, así que después de darla un sonoro beso en la mejilla a Celine, la tomó del brazo para darle un fuerte abrazo. Su madre está llena de alegría con su vestido floreado, desgastado por pasar horas debajo del sol y su rubio cabello es precioso.
— ¡Por dios Florencia quita esa cara! Estas arruinando tus preciosos ojos, y ninguna mujer hace llorar a mi hija. Mira a Celine, hablé con ella y ahora ya no llora por hombres estupidos — su madre acaricio su mejilla con delicadeza y se burlo cuando los pechos de Florencia avisaron que era tiempo de regresar con Paris, llenando su blusa de leche — Sal de esta cocina, tu odias cocinar, para ves un monstruo aquí dentro, actúa como una chica normal y deja de tenerlo miedo a ese atractivo hombre llamado William ¡Espero que en uno o dos años tengas otro bebé con el!
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...