Florencia
Florencia corrió hasta la puerta principal llena de emoción, su corto vestido se mueve y su cabello suelta su dulce perfume, esquivo a los sirvientes y movió la perilla esperando que el guapo papá de sus hijas haya regresado a casa. Toda la noche pasó en vela, con los ojos cerrados tratando de imaginar la amplia sonrisa de William al llegar de nuevo a casa, incluso siente los besos que dejaría en su mejillas y sus risas al jugar con las niñas, pero su cuento de hadas se acabó en cuanto vio a su hermana de pie junto a la puerta.
— Demonios Florencia — Celine la
alejó de la puerta y le dio su abrigo a las sirvientas al entrar — Te ves fatal, por no decir horrible ¿Dormiste bien o te hicieron falta los besos de tú hermana favorita Celine? —Celine le dio un par de besos en las mejillas, de esos que son vergonzosos para la hermanas, con mucho amor y euforia, después caminó hasta la sala y beso a sus hijas de la misma manera hasta hacer enojar a Paris, lo bueno es que la pobre de London sigue dormida. Florencia se paso las manos por el cabello y soltó el aire, al parecer su guapo chico inglés aún está furioso con ella.
Su querido Will puede ser un amor de persona, romántico no al punto de ser cursi, pero es de esos hombres que te quitan aliento solo de verlo, con sus ojos azules llenos de diversión, su expresión seria y esa sonrisa socarrona en su rostro, sus amplios manos que se aferran a sus caderas para cada embestida y sus labios que la hacer sentir tan bien como pétalos de rosa sobre su piel. Florencia intentó llorar de nuevo, ese Will romántico no aparecerá de nuevo en su puerta, a pasado tres días fuera de casa, no sabe nada de él, no la llama y no la vista, a ella, porque con las niñas es diferente, es el papá más amoroso del mundo.
Pero Florencia solo quiere ver de nuevo a William para pedirle miles de disculpas.
— ¿Que quieres Celine? — Florencia se dejó ver en el sillón junto a su hermana mientras mira como Paris trata de comenzar a caminar — ¿Que haces aquí? Deberías de regresar a la perfumería —
Florencia sacó su pecho para darle de comer a London, lo hizo tan suavemente que su bebé acerca sus manitas a su senos. Florencia la acaricia en las mejillas y la llena de besos.... su pequeña London es una copia perfecta de William, es tan parecida a él que sólo de verla le dan ganas de llorar
— Florencia por dios, llevas tres días sin ir a la perfumeria, aún te sigo querido hermana, yo quiero saber como estas — Celine sonrió ampliamente y tomo asiento en el sillon junto a ella — ¿Estas enferma? ¿Embarazada? No me parecería extraño si tengo otra sobrina, tu y William siempre tiene sexo en el mostrador —
— No tengo nada y tampoco estoy embarazada —
— ¿Estas enojada con William? — Las mejillas de Florencia se sonrojaron y Celine sonrio con victoria — ¿Es eso verdad? Vamos pelirroja ¿Ahora qué te hizo William? —
Florencia no pudo soportar más el llanto, incluso tuvo que limpiar sus lágrimas de las mejillas de London, a estado tan sensible y sentimental, que estos días sus bebés y ellas han dormido poco, pasan sus noches en la sala, imaginando que miran de nuevo a William.
— Yo... — Florencia carraspeo — William me dejó, no habrá boda, no ha venido a casa y no contesta mis llamadas. ¡¿Lo entiendes Celine?! Se terminó —
— ¿Que hiciste Florencia? Porque William es el hombre más maduro que conozco y tú siempre haces tonterías. Vamos ¿Dime que locura hiciste ahora?
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...