William
Londres, Inglaterra
— Me alegra mucho que tomarás la decisión de casarte con Megan — Su madre terminó se arreglar su corbata, esa mujer que le dio la vida tiene la costumbre de preparar a sus hijos antes de la boda, cuando terminó, levantó su mirada y le acarició las mejillas — Megan será una buena esposa, ya sabes, por lo menos con ella estarás seguro de que no arrojara a tus hijos a una piscina y que no saldrá corriendo con tus hijas ¿Porqué si piensas tener un hijo con Megan, verdad? —
William rodó los ojos y se alejó de su madre, soltó un suspiro y frunció el ceño molesto, hace años que no pasaba por una situación así, con Annie se casó a escondidas en una boda bastante pobre porque aun no terminaba la universidad y porque sus padres no querían que se casará con una chica de bajos recursos, en cambio esta vez es diferente, esta boda que organizó Megan es una de las mejores de todo Londres y lo sabe porque su madre, esa aristócrata inglesa, sonríe con poder al ver la iglesia llena de personas.
Están los reyes y todo el maldito mundo elitista de Londres esperando a que él novio llegué al altar para dar el famoso sí y demostrarle su amor a Megan, pero es mujer que será su esposa no es esa chica pelirroja y eso lo hace sentir terriblemente mal, tanto, qué William tuvo que sentarse en el alféizar de la ventana y se quitó la corbata.
— ¡¿Qué te pasa querido?! — Su madre tomó delicadamente su elegante vestido y corrió hasta él con los ojos llenos de preocupación — Respira William, los hombres también se ponen nerviosos por la boda —
William ni siquiera pudo reírse, se siente tan mal que se recargó y se pasó las manos por el cabello, pero se permitió sonreír de lado porque esa pelirroja no tiene síntomas y él, diablos, las náuseas lo están matando.
Incluso es tonto decir que está nervioso, él es un hombre maduro que ya pasó por este tipo de nervios y lo que siente no tiene nada que ver con la boda, solo son las náuseas y mareos que lo tiene peor que a su perfumista embarazada.
— No estoy nervioso — William respiró profundamente dejando pasar las náuseas — Voy hacer papá de nuevo, así que son las náuseas del embarazó de Florencia —
Su madre abrió mucho los ojos y su rostro se llenó de horror.
— ¡¿Qué?! ¡¿Cómo es que vas a tener un bebés con esa chica loca que te abandonó?! —
— Tuvimos sexo mamá y muchas veces, se que siempre me dices que usé protección, pero siempre olvidó usarlo con ella y ahora seremos papás — dijo William como si nada pasará, en realidad no debe sentirse mal y jamás ocultaria un embarazo, está demasiado contento por ver el vientre de Florencia
— ¡William! Te conozco, se que te acostabas hasta con mis amigas y mis sirvientas, pero esto es otra cosa ¡¿Qué no te das cuenta?! Tú eres más grande que ella, esa chica tiene la edad de tú hermana — Su madre respiró para no arruinar su maquillaje — Adoró a mis nietas y me alegra verte muy feliz y te aseguro que me alegro muchísimo de este nuevo embarazo, pero no olvides lo que esa mujer te hizo ¡Te abandonó William! Se escapó con su novia y te quitó a tus hijas, sin contar que viene de una mala familia que se aprovecha de tú dinero, es más joven que tú y viste siempre con esos cortos vestidos provocativos, ella no es la mujer madura que necesitas en tú vida —
¿Su madre le está diciendo viejo?
Ciertamente Florencia es diez años más joven que él, pero la diferencia de edad no es notable y jamás ha sido un problema, le encanta Florencia por la juventud y la diversión que le da a su vida y ella esta con él porqué lo mira como alguien seguro y maduro, cómo un hombre que ya sabe lo que quiere. pero William también está seguro que esa perfumista no volverá a escaparse con sus hijas, ella cambió y se lo demostró porqué si siguiera siendo esa chica alocada del pasado, ya estaría aquí tratando de secuestrarlo, en cambio, William se dio cuenta que Florencia no vino, ni ella, ni las niñas, pero está seguro que los dos harán lo mejor por esos nuevos bebés y la diferencia de edad no tiene que ser un problema, ni mucho menos su modo de vestir, adora ver a Florencia en esos cortos vestidos, con los tirantes bajando por sus hombros como una chica coqueta, Florencia le encanta, mucho más porque esa mujer tiene las mismas perversiones que él, porque al final de la noche sólo se levanta el vestido y pueden gozar del placer que les brinda su cuerpo, para él, Florencia es linda sin importar cómo se vista.
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...