Florencia
— ¡Diablos Florencia! ¿Porque no me habías dicho que conocías a la reina? Tú pequeña London vas a seducir a un hijo de la reina, tú bonita bebé vas a enamorar a un príncipe — Florencia rodó los ojos y golpeó a su hermana en el hombro, pero Celine se alejó soltando carcajadas y la pequeña London se recostó en él pecho de su mamá — ¿Segura que tienes la invitación correcta? Somos dos perfumistas, revisa bien la invitación quizá nos contrataron como payasos para la fiesta de las princesas —
Florencia sonrió ampliamente y le mostró esa lujosa invitación a su hermana, realmente le daba un poco de vergüenza venir a la fiesta de cumpleaños de las princesas, pero las niñas estuvieron llenas de emoción de visitar un castillo, Paris no durmio en toda la noche y London hasta gateo emocionada. William les compró esos preciosos vestidos a las niñas, son tan bonitos, que ese par de bonitas bebés se ven dignas de una fiesta en el castillo, Celine luce feliz mientras caminan por amplio caminó de árboles rosados para llegar a la entrada de ese castillo medieval, hasta su hermana Celine parece llena de emoción como si todavía no creyeran que esas dos perfumistas pobres de La Provenza puedan estar en una fiesta de la reina.
— Estoy segura que la reina si nos invitó a la fiesta — Florencia sonrió llena de felicidad al acomodar el pequeñito vestido de London y acostarla en su pecho — Fue a la perfumeria para entregarme la invitación —
El castillo es inmenso, precioso, medieval e imponente, hay tantos invitados de la élite de Londres que Florencia se sintió un poco nerviosa y sujeto de la mano a Paris, pero su hija quiere salir corriendo, más, cuando miran esos amplios jardines llenos, literalmente, de adornos infantiles, hay tantos pastelillos que Paris los saboreó con la mirada y Celine tomó una copa de vino que le acerco uno de los meseros.
— ¡¿Qué, porque no me dijiste que la reina fue a la perfumería?! —
Florencia soltó una carcajada y mantuvo a Paris cerca, le gustaría soltar la mano de su hija y dejar que se vaya a las actividades de la fiesta, pero quiere ver a ese hombre rubio que se lleva mejor con la élite de Londres, además William ya conoce a los reyes y sería bueno que vea lo preciosa que de ven las niñas con su regalo.
— Porqué una bebé pelirroja se encargó de decirle a la reina que fuera con nosotras y nos invitará a su fiesta—
Paris se abrazó al cuerpo de su papá y soltó carcajadas graciosas y llena de emoción, su cabello rojo se mueve y suelta ese rico perfume infantil y sus pequeños ojos verdes brillan de felicidad.
— Yo le dije a la mamá de Helena donde estaba la perfumería, le dije qué tía Celine está loca, qué ese policía quiere a mamá y que mi papi hace sufrir a mi mami con sus juegos raros — Paris soltó una carcajada — ¿Mami te duele cuando papi juega con tú ovejita? Es que London y yo escuchamos por la puerta y siempre haces ruido así como un hahaha—
— ¿Ya vez Florencia? — Dijo Celine en medio de un ataque de risa — La calentura que sientes en tú ovejita ya te dejó embarazada y a tus hijas traumadas — Celine casi se ahoga con la risa y bajo la voz para que dolo ella escuche — Ya deja de follar tanto hermana —
Florencia abrió los ojos llena de vergüenza pero no puedo evitar reírse, ni tampoco enojarse con Paris por decir eso, luce tan bonita que podría comérsela a besos, alguna vez Florencia quiso abortar a Paris y jamad pensó en tener a London, nunca se sentido con afecto hacia los niños y ahora esas niñas lo son todo para ellas y pensar en no te verlas es algo horrible, su intención no era que Paris y London escucharán eso, vaya que William y ella se aseguraron de tener sexo cuando las niñas ya estaban completamente dormidas, pero London es una bebé y se despierta en cualquier momento buscando a su mamá y eso quiere decir que Paris también lo hace y es cuando encuentran la habitación cerrada de su mamá porque esta jugando con su papá.
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...