William
— Creo que estoy embarazada — William salió del interior de Megan y se recostó a su lado en la cama, Megan no parece cansada su sonrisa es amplia y sus ojos son brillantes de felicidad — Bueno eso creo, tengo todos los síntomas Will... nosotros a veces no usamos protección, así que es muy posible que tengamos un bebé —
William soltó una carcajada y negó con la cabeza, no es porque quiera ser un mal hombre con su novia pero no quiere y no necesita tener más hijos, resulta que él tiene muy mala suerten con sus hijos y sus dos pequeñas bebés ocupan todo su tiempo, a pesar de que la madre de sus hijas sea una inmadura loca, William jamás se arrepiente de haber tenido sus hijas con ella y esas dos bebés regordetas siempre los mantendrán unidos, así que su querida Megan llegó tarde a la repartición de esperma.
Florencia le dio las hijas que necesitaba y él ya no piensa ser padre de otro bebé.
— No Megan, no creo que eso sea posible — replicó William
— Claro que es posible — Megan se movió entre las sabanas para cubrir su desnudez y lo beso en la mejilla — Por fin tendríamos lo que siempre quisimos, una gran casa y a nuestros hijos, estoy segura que Paris adorará tener otro hermano —
William miró de reojo a Megan y soltó la mejor carcajada de toda su vida. ¿Qué sus hijas quieren otro hermano? Eso es una completa mentira, Paris es la niña consentida de papá y London es una pequeña bebé celosa, ninguna quiere un hermano y él ya no quiere otro hijo.
Adora a sus hijas, sus niñas, sus pequeñas preciosas y regordetas bebés.
William acarició suavemente los suaves mechones rubios de Megan, parece a punto de dormirse en la cama, pero no se parece en nada a aquella mujer madura y fuerte, parace una chica asustada de mostrar su desnudez, es completamente diferente a la madre de sus hijas, esa perfumista pelirroja lo que menos que tenía era vergüenza para mostrar su cuerpo, jamás dormía después del sexo y era una diabla en el cama.
Pero eso sólo son buenos recuerdos y un caballero no debería de pensar así de la madre de sus hijas.
— No creo que las niñas quieran un hermano — William sonrió de lado y tomó de las mejillas a Megan dispuesto a otra ronda de sexo — Pero si quieres podemos intentarlo de nuevo, claro siempre con protección —
Megan asintió emocionada y se aferró a su cuello para tumbarlo sobre ella, entre la oscuridad del cuarto, la fuerte lluvia golpeando las ventanas y los besos de Megan esta totalmente absorto pensando en su nuevo encuentro sexual, puede ser un buen padre, maduro y responsable, pero tiene necesidades biológicas que no puede ocultar, William comenzó a quitarle la sábana a Megan para sentir su piel desnuda bajó la suya, pero una vocecita detrás de la puerta lo puso alerta de inmediato.
— Papi —
Paris no tuvo que volver a llamarlo dos veces, de inmediato William alejó a Megan, la cubrió con una sábana y se vistió en menos de un segundo, casi como un experto que sale por las ventanas de su amante, se abrocho la camisa y cerró el broche de su pantalón para que su hija la vea perfecto. William soltó un suspiro y salió al pasillo cerrando la puerta detrás de el para que su hija no vea a Megan en la cama.
William bajó la vista y vio a su pequeña niña tayandose los ojos, luce tan adormilada que tuvo que tomarla en brazos antes de que cayera al piso, su cabello rojo brilla demasiado y luce adorable en aquella pijama.
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...