Capitulo 36

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Florencia

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Florencia

Florencia suspiro cansada y derrotada. Esta mojada, su cabello es una mata horrible de cabello rojo y no hace nada más que mirar a través de la venta del café esperando encontrar una maldita pista de ese Inglés, pero eso es un tonto sueño, porque en Londres es imposible que un hombre como William se cruce por un viejo café como en el que está.

Su hermana y ella están cansadas de buscar por todo Londres un indicio de William, aunque sea una maldita cosa, pero nada, recorrieron tantas calles y al final terminaron para cubrirse de la lluvia en este extraño café llamado París como si fuera una maldita broma.

— Esa chica es preciosa — Florencia dejo de ver su café humeante y a su hermana distraída hablando por teléfono y miró de reojo a un par de chicos en la mesa de al lado — ¿Crees que esa chica castaña quiera salir conmigo? Le pediré su número —

¿Chica castaña? Ella tiene una novia  castaña que es preciosa pero esta en París o eso cree, porque ciertamente una castaña de rostro precioso se acercó a la cafetería para cubrirse de la lluvia, tiene una linda sonrisa mientras entra a la cafetería y hace derretir de pasión a ese par de chicos, pobres, si tan solo supieran que Amelie detesta a los hombres. Amelie es de esas lesbianas que jamás se deja convencer por los encantos del sexo masculino.


— ¿Sabes que Florencia? Me gustó que me mandaras a la mierda — Amelie tomó asiento en su mesa sin dejar de verla a los ojos, respira rápidamente y tiene los brazos cruzados — Creo que me hizo recordar porque me gustaste desde ese día en tu perfumería, porque la primera vez que traté de invitarte a una cita también me mandaste a la mierda —

— Vete Amelie, no estoy enojada contigo — Florencia se hizo un ovillo en el asiento — Deberías seguir tu vida, buscar una chica que no tenga una bebé, ser una grandiosa artista y viajara, ese es tu sueño. Ten la vida que siempre quisiste —

— Ese es el problema que no hay nadie más en este mundo que pueda ser mamá de Paris, no quiero otra vida, cuando me dejaste sin palabras en el atico, fui a la exposición de mis obras, me fue excelente y tendremos mucho dinero, pero no encontraba mi lugar en ese museo, creo... que extrañaba cargar la pañalera de Paris — Amelie sonrio ampliamente — Y como siempre sales corriendo del ático cada vez que te enojas conmigo y no me dejas hablar, pues no pude decirte que soy una mamá sobreprotectora y que yo si tengo la dirección de la casa de William

— ¡¿Que?! — Florencia hiso a un lado la taza de café y se acerco a su novia, pero Amelie tiene las manos frías por la lluvia — ¿Porque no me dijiste nada? —

— ¡Hay Florencia, lo intenté, pero realmente eres muy difícil a veces! Yo soy la mamá cuidadosa y tu la mamá desordenada. No iba a dejar que William se llevará a mi bebé sin saber a donde — Amelie soltó una carcajada y la beso en la mejilla — Supongo que los encantos del guapo papá de Paris no me hipnotizan tanto como a ti —

La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora