Florencia
— ¡Esto es una jodida locura Amelie! — Florencia no puede despegar la mirada de la ventana, no puede dejar de ver a esa chica castaña afuera de la casa — ¡¿Que haces aquí?! Me viste teniendo sexo y términamos, de verdad tienes que irte —
Escuchar la risa de Amelie a través del teléfono la hizo sentir bien de nuevo, es como si recibiera sus últimos días en el ático, como si Amelie fuera la misma de antes, la misma dulzura de su voz, su risa graciosa. Esta ahí de pie en la calle, con su mano tomando fuertemente el celular y aferrándose a los barrotes que las separan de la costosa casa, pero no ha dejado de mirarla, tiene el rostro levantado y sus ojos solo miran a Florencia a través de la ventana.
— Si, eso ya lo se. Esto es una locura — escuchó el suspiro de Amelie — Pero no me podía ir sin intentarlo de nuevo, yo tengo que intentar de todo para que vuelvas conmigo. Tengo tanta suerte que fuiste tú quien contesto la llamada y no ese idiota —
— William se pondrá furioso si te ve aquí. Podría llamar a la policía — la voz de Florencia es temblorosa, se muere de miedo mientras trata de hablar en voz baja — Tienes que irte Amelie, tiene que buscar a otra chica que te ame, no puedes estar detrás de mi todo el tiempo —
Pero Amelie solo volvió a reírse y le hizo un par señas para que bajara. Hace años se escaparon de la misma manera, en medio de la noche y tuvieron sexo en su ático.
— Lo que menos me preocupa es ese hombre cara de mierda. Sinceramente yo no se que le viste. ¡Esta horrible! Bueno, no es tan feo, pero a mi me gustas más tú — Florencia abrió mucho los ojos al ver que Amelie esta decidida a llevársela — Baja de una vez de tu habitación Florencia. Vamos a escaparnos al igual que lo hicimos hace años —
— No
— Vamos Florencia, tu me quieres y yo estoy locamente enamorada de ti. ¿Que malo puede pasar por tratar de estar juntas? — Florencia siente las piernas hechas gelatina —Solo... no olvides traer a Paris —
— Okey.
Florencia no pensó en nada, solo actúa como una adolescente queriéndose escapar con su amor platónico. Se pasó las manos por el cabello miles de veces, esta nerviosa, esta sudando y sus piernas tiemblan mientras mira a William dormir en la cama. Es una tonta, una estupida, pero Amelie es su talón de aquiles y siempre la hace caer en las peores ideas.
Si, porque esta es una idea de mierda.
Ni siquiera le importo cambiarse de ropa, se puso sus zapatillas y guardo ropa en su bolso. Tiene el corazón en un hilo, no quiere hacer ni el más mínimo ruido o William se despertará, y todos sus planes se arruinaran. Florencia tomó un gran respiro cuando tuvo que acercarse a William para quitarle a la bebé de los brazos. Sus ojos se llenaron de lagrimas al que Paris es quien no quiere irse, aferra sus pequeñas manos a la camisa de William y hace berrinche de bebé. Peeo enc cuanto la tuvo en sus brazos, soltó el aire y camino hasta la puerta. Su plan de escaparse de la casa estaba saliendo tan perfecto, hasta que Paris soltó un lloriqueo que despertó a William, algunas veces se pregunta si William ya fue papá, porque tiene el odio tan desarrollado que sabe que algo le ocurre a Paris.
Quizá también es un tonto papá primerizo así como ella.
— ¿Adonde vas con Paris? — Florencia cerró los ojos con fuerza y se giró lentamente hacia William. Él la observa desde la cama con sumo cuidado,como un abogado buscando cualquier indicio para llevarla a la cárcel.
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...