Florencia
— ¡Amelie! — Florencia busca a su novia con desesperación por todo el ático mientras camina con dificultad con su pequeña bebé en brazos, pero apenas puede hablar porque la música aturde y hace llorar a Paris — ¡No creo que hacer una fiesta sea la mejor idea!
— Si, bueno, Florencia para ti todo es bueno — Amelie mueve su cuerpo al sonido de la música y sonríe junto a sus amigas — Pero me dijiste que todo estaba bien, dejaste que mi bebé se fuera todo el fin de semana, así que ¡Dejame hacer mi maldita fiesta! —
Amelie ni siquiera le hizo caso solo se dio la vuelta y siguió bailando con sus amigos. A Florencia también le gustaría estar así, con un corto vestido, bailando y tomando hasta perder la conciencia, pero tiene una bebé que llora desconsoladamente por la música tan fuerte y ahora es mamá, no puede estar así cuando Paris no deja de llorar y su maldito ático está a reventar de personas que ni siquiera conoce. Florencia refunfuño molesta y le quitó un par de osos de su bebé a un desconocido, quisiera gritar tan fuerte para correrlos a todos de su casa, pero no, esos ebrios tumban sus perfumes, ensucian su cocina y juegan con las cosas de su bebé y eso la hizo enfurecer.
— ¡Basta Florencia no seas amargada! — su amiga trató de alejarla de Amelie — Ven, deja a tu bebé y bailemos —
Jamás en su vida Amelie debió de hacer una maldita fiesta y ella fue una tonta al aceptarlo. Se enfureció completamente y no pensó en otra cosa más que en sacar a toda esa gente de su casa. Aferró a Paris a su pecho y camino hasta tomar del brazo a su novia, pero la tomo tan fuerte que la bebida que estaba tomando Amelie se derramó sobre su vestido favorito.
— ¡¿Que hiciste Florencia?! — Amelie le gritó furiosa. Trato de pedirle una disculpa por arruinar su vestido favorito, pero si novia la golpe en el hombro al pasar hecha una furia para cambiarse de vestido.
Florencia preparó el biberón de Paris en medio del griterío de la fiesta y la música tan alta, que Paris no hace más que abrir y cerrar los ojos porque no la dejan dormir. Entiende totalmente que Amelie está celosa. William llegó para romper su pequeña burbuja de buenas mamás lesbianas, pero a Paris le encanta dormirse sobre el pecho de Amelie, así que su bebé y su novia se necesitan mutuamente. Florencia tomo un respiro y camino hasta su habitación pensando en cuentas de palabras bonitas para disculparse por arruinar el vestido favorito de su novia. Abrio las cortinas que cubren su habitación y entró con la mejor sonrisa del mundo, que al momento borro en cuanto vio a Amelie en ropa interior besándose con otra chica.
— Dios Florencia — Amelie se alejó de inmediato de aquella chica con el rostro asustado — No es lo que piensas, yo solo vine a cambiar mi vestido... —
Florencia soltó un quejido lloroso y salió corriendo de su habitación con su bebé en brazos. Apenas y pudo tomar la pañalera y un par de osos que esos ebrios estaban jugando. Debió irse con su hermana Celine a la fiesta de cumpleaños se su madre, pero como es una tonta no quiso dejar sola a su novia y ahora no tiene a donde ir, quizá y hasta su madre no querría verla. Salió corriendo con Amelie siguiendola detrás, trata de tomarla de los brazos mientras baja las escaleras rápidamente.
— Lo siento mucho Florencia — Amelie la tomo del brazo y la detuvo al salir del edificio. Amelie llora desconsoladamente y ni siquiera le importa que apenas cubre su desnudez con una fina bata verde — Yo no la besa Florencia. Yo no haría eso. Vamos, tienes que creerme —
— ¡Te vi Amelie! — Florencia la miro furiosa — La bebé y yo nos iremos para que pienses en tu maldito error —
— ¡No! No pueden irse así, hace frío, las cosas de Parsi están en el ático y yo no quiero que te vayas — Pero le importo poco el lloriqueo de Amelie. Comenzó a correr con su bebé en brazos — ¡Florencia no puedes irte así! Te juro que yo no hice nada. ¡Florencia! —
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...