William
William jamás se había sentido tan bien de gastar su dinero en algo, porqué vaya que gasto miles de libras en esté deseo, claro que antes lo gastaba en muchas cosas comenzando por las hospitalizaciones de James y cuándo el murió en cientos de amantes que lo ayudaban a cubrir ese vacío en su alma, también gastaba en cosas materiales que aumentarán su posición social en la clase londinense, ahora al pararse fuera de su mansión y levantar la mirada para posar sus ojos azules sobre esas decoraciones, sonrio anpliamente al darse cuenta de lo qué el dinero puede comprar.
Porque su mansión se convirtió en menos de 24 horas en un castillo de princesas.
El dinero cumplió la fantasía de sus hijas, un mundo de princesas, rosado, brillante y muy colorido. Es tan majestuoso que los invitados se quedan con la boca abierta y los niños que envidian a sus hijas.
Sin duda superó a todas las fiestas de infantiles de la élite de Londres.
— Papá — William bajo la mirada para ver a esa pequeña gordita que camina tambaleante hasta el, London es la única de sus hijas que tiene el cabello rubio, como mechones de oro rizados que la hacen parecer una muñeca, porque sus hermanas tienen el cabello tan rojo como el de su mamá — Tengo hambre —
William soltó una carcajada, claro que London aún no habla bien, sus palabras son raras o muy cortas, pero él la escucha todos los días, claro que ya descifra su extraño idioma de bebé que está comenzado a hablar.
— ¿Tienes hambre? Pero desayunaste muchas cosas, podrías vomitar ¿Lo sabes, cariño? — La tomó en brazos al momento, su pancita es tan grande que luce muy chistosa al ser tan gordita, pero es una bebé adorable y es la única que no se parece físicamente a Florencia — ¿Que quieres galletas o pastel? —
— ¡Flores! — dijo su bebé con alegría, esa rubia solo piensa en probar toda la comida mientras su hermana esta vuelta loca con los regalos.
— Te daré galletas, sí, con forma de flor — William al aferró a su pecho, ella ya sabe caminar pero no quiere alejarla, se acercó hasta esa barra de postres y le dio una galleta a su hija — ¿No quieres ir con tu hermana? —
London entiende todo lo que le dicen y sino lo sabe decir, busca extrañas palabras para que todos entiendan lo que desea expresar.
— No — London se metió toda la galleta a la boca y lo abrazó fuertemente pegando su mejilla a la suya — Te quiero papi —
Esas tres niñas son su adoración, adora a su loca Paris y a su pequeña Mila, todos tienen una parte de él, y los niños lo tienen vulto loco de felicidad, pero London es especial, Florencia y él saben que esa bebé tiene algo diferente a sus demás hijos y no es el hecho de que ame las flores, puede que sea su olfato desarrollado o su dulce rostro, pero es una bebé muy diferente, ella hará algo muy especial en su vida, puede que algún día sea mejor perfumista que su mamá y en un caso muy lejano, hasta la reina de Inglaterra.
William abrazó más fuerte a su camina y caminó dentro de la fiesta sin despegar la mirada fe su pequeña Paris que está en medio de la sala abriendo sus regalos con mucha felicidad, aunque es imposible no guiar su mirada a ese cochecito de esos niños y esa pequeña pelirroja qué son tan suyos, que es imposible no sentirse orgulloso de decir qué
tiene unos trillizos.William ya parece un obsesionado que sólo habla de sus hijos, pero esos trillizos son pequeños, adorables y hasta el suave hoyuelo en su barbilla, pero están tan apegados a esa perfumista que es imposible alejarlos de su mamá.
Esa perfumista que estaba mandándole fotos a un extraño, quizá a un hombre porqué de nuevo piensa engañarlo.
— ¿Ya me dirás a quién le enviaste una foto de tu ropa interior? Porque déjame decirte que eso es bastante extraño — William se acercó hacia esa pelirroja que toma fotos sin cesar y la tomó de la cintura — Ya dime quien más vio tu ropa interior —
Florencia se dio la media vuelta, so ríe con tanta felicidad que nadie podría decir que dio a luz hace unos días, se ve espléndida y llena de vida y su cabello es tan rojo cómo el fuego.
— Fue a Celine, a ella le envié mis fotos — La vio morderse el labio nerviosa — Es un juego que tenemos nosotras desde hace años —
William frunció el ceño confundido mientras siente cómo London juega con los botones de su camisa.
— Pues que juego tan extraño — Comento con horror en el rostro, miedo a que sus hijos hagan esas locuras — ¿Están locas? —
— Ay Will — Contestó Florencia al darle un beso en la mejilla — No seas hipócrita porqué tú teléfono casi está lleno de fotos mías y digamos que en algunas no tengo nada de ropa, mucho menos lencería —
— Lo se, pero eso es algo entre nosotros, conociendo a tu hermana, prefería el celular y medio mundo podrá ver tú lencería —
Aprovecho la sorpresa que inundó los ojos verdes de Florencia y la acercó para besarla, teniendo en cuanta que London está en medio de ellos y que esta feliz de verlos besarse.
Pero el revuelo que causó cierta persona los obligó a separarse.
— El rey ha llegado — Florencia tomo en brazos a London — Vamos cariño, ya llegaron tus amigas —
— Bueno, vamos a demostrarle al rey lo que son las fiestas infantiles de verdad —
Florencia
Florencia tomó en brazos a London y aferró sus manos al cochecito al ver llegar ese lujoso auto que se detuvo justo afuera de la mansión, decir que salió pronto es una tontería, camino tan apresurada que le hizo falta el aire y pudo respirar hasta que vio salír a su hermana de esa auto despampanante.
Pero no fue eso lo que la sorprendió, sino que detrás de su hermana quien carga en brazos a Darcy, apareció ese lord con el rostro completamente golpeado, como si fueran un par de amantes tóxicos que se odian, pero que se soportaron todo un viaje solo por una fiesta infantil.
— ¡¿Que demonios paso Celine?! — Dijo llena de horror al verlos — ¡¿Porqué carajos esta ese hombre en la fiesta de mis hijas?!
Nota de la autora
Siempre cerrando con broche de oro como siempre, jajajaja ahora el capítulo fue más corto para dejarla picadas y con la duda.
¿Creen que Alexander se sorprenda de la fiesta?
¿Creen que sea mejor?
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
Seguiremos con el drama en el siguiente capitulo, no olviden votar y comentar
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...