William
William tenía años que pasaba una situación así, la última vez que se escapó de la habitación de una señorita fue cuando estaba en la universidad y casi tuvo que escapar desnudo por los pasillos de Oxford, las mujeres que vinieron después eran los suficiente maduras para entender que él estaba casado y que tenía que irse al amanecer, por eso, en esta ocasión incluso antes de quedarse dormido él ya sabía que tendría que salir corriendo de este departamento, lo más lógico hubiera sido irse en cuanto el acto sexual hubiera acabado, pero no pudo irse y ahora en cuanto abrió los ojos y vio todo en plena oscuridad, entendió que es su momento para terminar de vestirse e irse de ahí, no por miedo a que Florencia lo vea, sino porque hay dos niñas que no deben enterarse que él paso la noche aquí.
William se pasó las manos por el cabello y maldijo por lo bajó en cuanto escucho el ruido de pacitos infantiles por el departamento, pero es qué para William fue muy difícil poder salir de esta cómoda cama, más aún cuando el cuerpo que duerme a su lado le dio tanto placer la noche anterior. Quizá debió irse en cuanto Florencia se quedó dormida, pero simplemente no puede decir porque demonios no se fue a tiempo.
William apenas tuvo tiempo para cubrir con una sábana el cuerpo desnudo de Florencia y ponerse un pantalón antes de volver a la cama, todo fue tan rápido que sólo cerró los ojos y fingió estar dormido, quizá si ese par de niñas no escuchan nada, tan solo quizá piensen que su mamá está dormida y que no deben molestarla.
Pero sus adorables bebés buscan a su mamá a toda costa.
— ¿Papi porque estás dormido aquí? — William no pudo seguir fingiendo estar dormido porque Paris acercó su rostro al suyo — ¿Porque no tienes tu pijama puesta y mami tampoco? —
William abrió los ojos de inmediato pensando que quizá Florencia se había quitado la sabanas de encima y estaba mostrando su piel desnuda, pero la miró la vio totalmente dormida y envuelta en la sábana, así que soltó un suspiró y miró a su pequeña Paris tomando en brazos a una asustada London. Su par de bebes lo miran junto a la cama, las dos con sus adorables pijamas, las dos con sus grandes ojos llenos de brillo al verlo ahí durmiendo con su mamá.
William estuvo a punto de contestarle algo a su hija, pero tuvo que tomar en brazos a la pequeña London antes de que su hermana la haga vomitar por presionarle el estómago.
— Si dormiste aquí... — Paris se llenó de felicidad y saltó a la cama para acostarse entre sus papás — ¿Ya eres novio de mi mami? —
William sonrió de lado y negó con la cabeza mientras siente la boquita de London en su mejilla y los brillantes ojos verdes de Paris sobre él.
— No Paris, no soy novio de tú mamá —
Pero William sabe que no fue la mejor respuesta, pero ninguna que diga será la mejor para su pequeña pelirroja a la que tanto quiere. Porque London es tan pequeña que no sabe lo que pasa, sólo se mueve sobre su pecho como un pequeño osito, regordeta y con un perfume adorable, pero Paris es más grande, no tanto, pero ya sabe que no es normal que sus papás duerman juntos, por eso pasa la mirada entre su mamá cubierta por sabanas a su papá quien trata de ocultar lo que paso en la noche.
— ¿Si mami no es tu novia, porque dormiste aquí? — los ojos de Paris brillaron de emoción y se arrojó sobre su pecho para abrazarlo fuertemente — ¡Me cumpliste mi deseo! Si dormirte aquí, solo que te equivocaste de habitación papi, porque London y yo dormimos en ese cuarto llenó de ositos y tu te quedaste a dormir con mi mami... bueno, quizá mami necesitaba que la abrazaras para no tener miedo por la noche —
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomansaFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...