Florencia
— Creo que no quiero ir Amelie — Florencia dejó a London sobre la cama, sus bebé tiene los ojos tan abiertos y llenos de emocion después de la ducha, que luce hermosa y no quiere dejarla poe nada en el mundo — No, definitivamente no quiero a ver ridículas cosas para la boda, solo quiero quedarme con mis hijas —
Florencia llenó de besos a su bebé sin importarle que su maquillaje se arruine porque London pasa sus manitas por su cara, su piel es tan suave, es tan regordeta que se ve lindísima con su pañal y sus mechones rubios mojados, esa bebé es idéntica a su padre, hasta el hoyuelo en su mejilla es igual, Florencia soltó un suspiró y cuando terminó de vestir a su bebé, la tomó en brazos para arroparla hasta que deje de temblar por el frío y se voltio para ver a Amelie recargada en el puerta.
— No Florencia no podemos retirarlas más estas cosas, hemos perdido la cita más de dos veces porque no quieres dejar a tus hijas, pero la boda se acerca y aún tenemos que checar el buffet, la prueba de audio y escoger el pastel, son cosas importantes para nuestra boda — Amelie la tomó de la mano y la llevo hasta la sala de estar mientras sonrie con emoción — Mira, conseguí una niñera, algunas amigas neoyorquinas me la recomendaron, ella podrá cuidar a nuestra Paris y a tú bebé mientras terminamos las cosas para la boda —
Florencia miró a aquella chica despistada, esa adolescente luce tan joven que no le da confianza para dejarle a sus dos hijas, menos cuando hace tanto frío y aún menos, cuando a un inglés furioso tratando de quitarle a sus hijas con cualquier descuido.
— No Amelie — Le dijo Florencia en voz baja para que la chica no las escuche — De verdad no quiero dejar a mis hijas con ella, se nota que es una inexperta cuidado bebés... Se que dirás que estoy loca, pero desde esta mañana algo dentro de mi me dice que no tengo que alejarme de mis hijas, es como un sexto sentido que solo las mamás tenemos —
Amelie soltó una carcajada y la tomó de las mejillas para besarla hasta que sus labios se hincharon y hasta que London refunfuño molesta entre ellas para separarlas.
— Vamos cariño ¡¿Aún crees que ese animal te va a quitar a las niñas?! Llevas más de un año retrasando la boda porque tienes ese sexto sentido. Se que ese animal te estuvo buscando por muchos meses y que vives con miedo a que te las quite ¡Pero él es millonario Florencia! En cualquier momento puede conseguirse otra chica toda y tener tantos hijos como quiera. Él se olvidó de estas niñas y tú solo fuiste un par se piernas que el quiso abrir —Amelie tomó su bolso y le dio un sonoro beso en la mejilla a Paris quien mira la televisión — Solo será un par de hora Florencia, te juro que no nos tardaremos y pasaremos la noche con tus hijas —
—¡Pero esa chica no me da confianza! — replicó Florencia
— Esa niñera es una buena chica, algo joven, lo se, pero es experta cuidando bebés, además yo la pagaré y te juro que comparemos las muñecas para Paris y London — Amelie abrió la puerta de la entrada y l observo con insistencia — ¿Nos vamos Florencia? —
Florencia asintió y con todo el dolor de su corazón le dio a London a esa joven niñera, después abrazó a Paris y le dio un gran beso en la mejilla.
— ¿Mami puedes comprarme la muñeca? — le pregunto su hija con emoción
Florencia se detuvo antes de salir, y asintió. Después de las cosas estresante de la boda, tendrá la mejor pijamas con sus hijas, con ese par de muñecas que la hacen feliz.
ESTÁS LEYENDO
La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...