William
William tiene todo lo que necesita para pasar una navidad agradable, tiene dinero, mujeres, su amadisima esposa y su proxima bebé. Su vida está realmente agradable y durante todos estos meses a tomado color de nuevo. Recuerda la muerte de su hijo sin volverse un gruñón. Sigue adorando a James, lo hará hasta su muerte, pero ahora su hija ocupa su mente. Le encanta volver a ver a su esposa, así como era antes de la muerte de su hijo, ya no llora todo el tiempo, ya no toma pastillas para olvidar y ya no parece un zombie, ahora está muy emocionada mientras abre los regalos que compró para su hija. Los pequeños pantalones rosa, él oso de peluche que él mismo escogió para su bebé y las sábanas para cubrirla. Annie está encanta mientras abre cada uno y se mueve de un lado con su abultado vientre de nueve meses.
Porque es increíble que ellos vuelvan a tener un bebé de nuevo. Su casa se sentirá llena otra vez, con esa alegría que solo puede dar un bebé corriendo en pañal por todo el lugar o las risas graciosas al comer su papilla.
— William — Annie lo llamó después de suspirar al ver el cuarto de su bebé totalmente llenó de regalos — ¿Ya pensaste como nombraremos a la bebé? Ella nacerá en solo unos días. Tenemos que nombrarla de alguna manera, recuerda que con James teníamos el nombre desde que supimos que estaba embarazada —
William conoce miles de nombres femeninos pero ninguno que sea digno para su bebé. No quiere que su hija lleve el mismo nombre que alguna de sus amantes. No, su hija tiene que ser especial, porque es la bebé más querida del mundo.
— ¿Quizá Adele? — William se recargó en la puerta con una sonrisa de lado. Se muere de ganas de pasar sus manos por su vientre — ¿Que tal Hanna? —
— Él que sea están bien, yo nombré a James, ahora es tú turno — Annie se acercó para darle un beso rápido y dejó una estela de perfume exquisito — Sólo no le pongas un nombre muy feo —
— No lo haré, nuestra hija tendrá el mejor nombre de Londres, solo necesitó pensar en uno mejor —
— Toma, esté libro es especial para bebés — Annie le acercó un gran libro sobre bebés. Tan pesado que se supone que ayuda a papás primerizos — Estoy demasiado nerviosa William, quiero ser la mejor mamá —
Nadie puede decirle como ser padre, él ya fue, él ya tuvo un hijo, sabe como poner un pañal, sabe lo difícil que es levantarse a media noche y lo estresante que es verlos llenos de papilla, sabe lo que se siente verlos muertos y enterrarlos en un cementerio. Conoce todo sobre los bebés. Podrá ser el peor hombre, llenó de defectos y un mujeriego sin control, pero cuando se trata de sus hijos es él mejor papá. No quiere leer el libro pero no hara sentir mal a Annie, así que dejó a un lado el libro y miró a su esposa. Un rebelde mechón baja por su frente y la molesta mientras se debate entre un par de osos de peluche o en él acomodó de los pañales.
Pero cuando los meses pasaron y las náuseas cesaron olvidó por completo que tenía que buscar a una chica, a estado tan ocupado con el embarazo de Annie, que casi no puede recordar el rostro de esa mujer en París, incluso olvidó donde estaba la perfumería. Esa mujer se borró de su memoria de inmediato como todas la demas.
— Quiero que se llame Natalie — ayudó a Annie a colgar un par de juegos.
Esa bebé será la más consentida de todas — Es un buen nombre —Annie lo tomó de la mano al dejar el cuarto arreglado para la bebé, la esperan con tantas ganas que los días se hacen largos y Annie sonríe nerviosa contando los días. No hace falta más que unos días, que se hacen eternos por la emoción de su nueva bebé.
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
Roman d'amourFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...