Florencia
— ¿Y él te amo? — William miró de reojo a esa pelirroja que está recargada en el asiento — No me digas que se te olvido la palabra más importante, porque a nadie se le puede olvidar algo así —
Florencia abrió los ojos porqué estaba a punto de dormirse y miró a ese hombre a su lado que maneja el auto de regreso a su casa, pero el tono de su voz fue tan duro que derrama esa copa de vino que tenía en las manos llenando su vestido del líquido, no es que quisiera tomar, en realidad no pensaba hacerlo, pero la reina compró un delicioso vino con sabor a frutas, tan delicado y fino qué para ellas, que acaban de tener bebés es perfecto, pero eso no quiere decir que esté sobria, porqué al parecer tomó tanto que ya se siente perdida en el alcohol, por eso, toda está noche no podrá dar pecho.
Bueno, por lo menos no a los bebés, si Will quiere podría darle... pero él jamás hace esas cosas.
— Mi vestido está arruinado — Dijo al mirarse llena de vino, pero levantó lentamente su mirada porqué la seriedad de ese hombre la está inquietado — No lo olvidé Will, solo creí que eso tú ya lo sabías —
Pero William no despega la mirada del frente, tiene las manos aferradas al volante y el rostro llenó de seriedad mietras maneja de regresó a casa.
Él no lo dice, pero esta furioso.
Florencia sabe que su madre no estará sufriendo por los bebés, todos se caen rendidos por el sueño al tocar la cama, quizá el pequeño France le dé un poco más de molestia, su hijo siempre se despierta por la noche, a ese pequeñito le gusta que le acaricien la cabeza y le hablen hasta quedarse dormido, así que no está preocupada por ellos, sino por la seriedad de William.
— A nadie se le olvida algo tan importante como eso, yo siempre te lo digo en todo momento, pero tú Florencia... — William la miró cuando el semáforo se puso en rojo — Tú no me lo dices nunca Florencia y puede que suene como una tontería, pero dada nuestra historia siempre dudaré, aunque tú nunca me dices te amo, siempre eres cariñosa y amorosa, pero así cómo eres conmigo lo eres con todos —
— Will eso no es verdad... — Trato de decir pero guardó silenció al sentir la mirada de ese hombre sobre ella.
— Perdoname si desconfío, pero desde hace días he querido hacerte una pregunta — Carraspeo molesto, lo sabe porque nota las venas de sus brazos aferrando el volante y las de su cuello cuando presiona su mandíbula, pobre de los novios de sus hijas esté hombre los asustará — ¿Segura que no quieres más a las mujeres que a mi? —
Florencia casi se atraganta con su propia saliva, no se molestó porque de nuevo insinuó que es lesbiana, mucho menos se irritó, solo soltó una fuerte carcajada como una dama borracha y perdida en su mundo, se carcajeo todo lo que quiso haciendo enojar aún más a William, ¿Pero qué puede hacer? Los hombres y sus malditas dudas.
Alguna vez en su vida sí quiso más a las mujeres, pero ahora un hombre la tiene completamente loca.
— ¡No! Claro que no William, ¿Qué no vez lo mucho que te quiero? — En un arrebato de sorpresa lo tomó de la barbilla besandolo fuertemente en la mejilla, ese hombre es suyo y sólo de ella — Puede que no te diga esa palabra todos los días, porqué... —
— Porqué quisa no te gustan los hombres y lo qué le dijiste a mi madre solo son palabras vacías
— ¡No! Porqué soy muy tímida al mostrar mis sentimientos — Lo llenó de besos en la mejilla y casi tomó asiento sobre él a pesar de que esta manejando — Me da vergüenza Will, siento que me escuchó tonta al decir eso, pero creía que te lo demostraba todos los días con mis acciones o quizá estas enojado por las cosas que le dije a tu madre —
ESTÁS LEYENDO
La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...