Capitulo 12

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William

La parte molesta de ser un hombre que tiene sexo con muchas mujeres, es qué esas mismas damas no conocen la definición de hombre casado. Si lleva puesto él anillo de compromiso sobre su dedo, significa que está ocupado, sí su esposa está esperándolo en la sala principal, significa que no puede hacer nada. Pero esta joven sirvienta de la casa de su madre parece no entender eso. William estaba caminando por los pasillos de la casa de su madre, cuando la sirvienta lo tomó de la mano y lo escondió en el baño, cerrando la puerta detrás de ella, encerrandose con la mujer de los ligueros de infarto. 

— ¡Oh Will! Esperé a que volvieras todos estos días — dijo la mujer mientras desabrocha su vestido y sulta el moño de su cabello desprendiendo su aroma — Te juro que pensé en ti todas las noches, así que hoy eres mío... no nos tardaremos mucho —

William respiró profundamente al sentir la manos de la sirvienta sobre su pecho. Desde el baño puede escuchar la fiesta de cumpleaños de su madre, las risas, los cotilleos de la clase alta londinense, sus hermanos, su esposa, todos están abajo y él, bueno, tiene a una sirvienta semidesnuda delante de él. Cualquiera podría descubrirlos.

— ¡Basta, no quiero, aquí no! Mi esposa está en la sala de estar — su amante trató de desabrochar su camisa y dejó caer su saco al piso, joder, ese mujer es muy insistente y él es muy débil. Pero en cuanto pudo ver sus senos morenos, duros y esperando por él, no pudo negarse a los placeres masculinos. Está deseoso, ansioso y sólo quiere divertirse —  Hagámoslo entonces, pero que sea rápido porque mi esposa me espera —

Tomó de la cintura a la sirvienta y la pegó contra el lavamanos del baño, está detrás de ella, así que puede besar su cuello hasta escucharla suspirar. Tuvo su esconderse en su cuello para ahogar un gruñido placentero al sentir su trasero contra su miembro. Es tan excitante que no pudo esperar más y levantó su vestido dispuesto a estar dentro de ella de una vez y acabar con su tortura. Bajó el cierre de su pantalón y tomó un preservativo, está a punto de entrar, nervioso y muy exitado pero la maldita puerta del baño se abrió. En cuestión de segundos, William se quitó el preservativo y dejó caer a su amante a la tina cuando su pequeña sobrina entró al baño, esa niña de cinco años lo mira desde la puerta.

— Hola tío William —

William se pasó las manos por el rostro después de acomodar su ropa de nuevo. Adora a su sobrina, pero en esté momento es demasiado molesta. Sin embargo, es solo una niña a la cual adora. Se volteó hacia su sobrina con una amplia sonrisa en él rostro. Su sobrina con su vestido rosa y su corona salió corriendo hacia él y se arrojó a sus brazos.

— ¿Porque la sirvienta está escondida en la tina? Abuela, se enojara si sabe que está aquí  — su sobrina señaló la tina y la sirvienta la saludó con la mano. William miró una última vez a su amante y salió del baño con la niña en brazos — Esa sirvienta es mi favorita, hace los mejores bizcochos de todos —

Si, también hace él mejor sexo oral de todo Londres

— No pasa nada Molly, la sirvienta necesitaba ayuda. Le duele... él estómago. Además, yo le dije que entrará al baño, a veces tenemos que ayudar a los demás —

Sí su pequeño James no hubiera muerto tendría sólo un año más que su sobrina, sería tan juguetón como ella y estaría corriendo por los pasillos de la casa de su abuela. Hace unos meses su sobrina aún preguntaba todos los días por James, pero comprendió que su pequeño primo jamás volverá. William prefiere no pensar en su hijo o toda su noche se amargara con él recuerdo de James muerto.

La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora