Florencia
— ¡Dios Florencia quita esa cara de desamor das pena ajena! — su hermana Celine tomó asiento a su lado en una de las esquinas más alejadas de la fiesta. Su hermana está tan contenta que su aliento huele a alcohol — ¡Estás asustando a todos los invitados de la fiesta y nuestra madre dramática odia eso! —
Florencia bajo los hombros y soltó un suspiro, se seguro ella va a terminar llevando a rastras a su hermana hasta la habitación, siempre a sido asi, si Celine está borracha ella la carga y su hermana hace lo mismo con ella, es su maldición por ser la menor. Por un breve momento pensó que sería más divertido no ser mamá, volver a ser esa chica soltera que se divertía en las fiesta y se besaba con chicas a escondidas, así podría embriagarse, bailar hasta que sus pies duelan y olvidarse de todo, luego recordó que Paris duerme sobre sus brazos y que al mirarla es la bebé más bonita que alguna vez vio y borró ese pensamiento horrible de su mente.
— No tengo ánimos para estar de fiesta — Florencia bajo la vista y sonrió de lado al ver a Paris con el pequeño traje rojo que William compró para ella, parece una pequeña fresa cubierta en mantas para que no se enferme con el frío de la noche — Quizá Paris y yo debemos regresar a la habitación antes de que tengas sexo ahí y nos mandes a dormir con William, nos haremos ovillo en la cama, le pondré su pijama y tendremos una noche de películas —
Al parecer tanto su bebé como Celine se están burlando de ella, porque su hermana soltó una carcajada y su hija abrió los ojos explorando el mundo. Es tan joven y parece una anciana con sueño porque está terriblemente aburrida. Le gustaría bailar, hablar con unas chicas sin que piensen que les está coqueteando, pero solo esta ahí, sentada extrañando demasiado a su novia, porque no puede quitarse de la mente a su madre, si, ella le dijo que aceptaba sus gustos raros ¿Eso es aceptar? Florencia se siente cada vez peor cuando su madre trata a William como un príncipe y desea lo peor para Amelie, quizá a su madre le da vergüenza tener una hija lesbiana.
— Paris está más divertida que tu y solo tiene un mes, yo se que estas así porque te gustaría que Amelie estuviera aquí en lugar de William — su hermana pasó su brazo sobre sus hombros y la abrazo fuertemente — Pero si te dieras la oportunidad te darías cuenta que William es bastante agradable, yo se que no te gustan los hombres, pero deberías conocerlo ¿no crees? no vayas a dejar de querer a Amelie por hablar con él y mucho menos van a dejar de gustarte las mujeres por acercarte a un hombre, William siempre va a estar en tu vida porque tienen una hija, deberías de entender que los hombres no son tan desagradables como tu crees —
— Si claro, lo dicen porque de seguro te gusta el papa de mi bebe, ¿pero tu crees que William se pondría mi sostén? ¡No! El tiene algo que atrae a las mujeres como abejas a la miel, pero no es mujer, el no es Amelie, vamos, mi novia y yo, compartimos todo, sostenes, ropa, zapatos, es como una mejor amiga a la cual amas, William jamás podrá reemplazar los besos dulces de Amelie —
Celine soltó una carcajada y tomó a la bebé en brazos, tomando su cabecita con su mano, como una tía amorosa y como si tía y sobrina planearan algo macabro, su bebé no lloró, ni hizo un puchero solo que acomodo sobre el pecho de su hermana.
— Me llevaré a mi sobrina — su hermana la miro detalladamente — Pareces un jodido zombie Florencia, aquí sentada en medio de todos los ancianos que están por dormirse. ¡Ven! Me vas hacer caso porque soy tu hermana mayor. ¿Vez a todas esas chicas? —
Florencia frunció el ceño y siguió la mirada hasta el grupo de chicas que su hermana le dijo, ¿qué, acaso quiere que engañe a su novia con una mujer? ¡Esta loca! En este pueblo no hay ninguna chica que le guste tanto como Amelie.
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...