William
— Alteza —
Lo último que quería era encontrarse al rey en una situación algo incómoda, porque William entiende lo vergonzoso que es y más porque se nota que él rey estaba disfrutando de una buena sesión de besos en el consultorio de su esposa, porque él rey tuvo que acomodarle la blusa azul de doctora a su esposa.
— Hola William — le dijo la reina con una amplia sonrisa tratando de fingir lo sucedido — ¿Vienes a entregar documentos? —
William negó con la cabeza, hubiera sido mucho mejor traer papeles a tener está mala corazonada en su interior, ya ha pasado por esto muchas veces, decir que no esta aterrado es mentira, desde James hasta su hija Natalie, todos ellos han tenido mala suerte en los hospitales, espera que esta vez sea diferente. Paris esta con su mamá, no quiso alejarse de ella, pero London se aferra a su pecho buscando consuelo, pobre de su consentida, quizá ella también está asustada por su mamá.
— En realidad estoy aquí para que el médico examine el estado del embarazó de Florencia —
La reina abrió mucho los ojos y de inmediato le dio las bebés al rey, si William creía que no podía cuidar a sus dos hijas al mismo tiempo, él rey le acaba de demostrar que se puede cuidar de dos gemelas y una bebé y no morir en el intento, pero la reina es tan bonita, que resulta ser una doctora muy atractiva y al parecer eso mata más al rey que tener a sus hijas en brazos.
— Dios, creo que las dos estamos embarazadas al mismo tiempo — La reina sonrió ampliamente — Ahora vuelvo Alexander, te juro que no me tardaré, solo quiero quiero revisar a la mamá de la mejor amiga de Helena. ¡Podríamos aliviarnos al mismo tiempo! —
William también quería ir detrás de la reina para poder ver a Florencia y asegurarse de que este bien, de que no le duela nada y en caso de que hayan perdido a los bebés, acompañarla en este momento, porqué esta seguro de que algo malo pasó, la cara de Florencia era de dolor y durante todo el viaje en auto hasta el hospital, estaba horrorizada por el débil hilillo de sangre que bajaba por sus piernas, pero si ella estaba asustada, William estaba muerto de terror, no pueden perder a los bebés, no cuando su vida está tomando el rumbo perfecto, las mujeres que más quiere ya están con él, la perfumista comenzaría a arreglar la habitación de los bebés, eso no los separará, pero ya estaba ilusionado por tener un par de niños a los cuales él pudiera nombrar.
Tomó asiento en la sala de espera con su hija en brazos, al igual que él rey, porqué al parecer esas dos mujeres los mandan, William está ansioso y nervioso por ver salir a Florencia y a Paris, pero él rey fulmina con la mirada a ese médico árabe.
— Debería de hacer que despidan a ese médico — Él rey lo miró de reojo — ¿Enserio estas asustado por esto? —
— Supongo que si, jamás le había pasado esto a Florencia — William carrapeo y su hija se escondió en su saco para cubrirse del frío del hospital — Jamás había pasado por la experiencia de tener trillizos, nunca me imaginé que esto me sucedería a mí —
Él rey soltó una carcajada asustando a sus bebés.
— ¿Trillizos? Yo ya tuve trillizos, estos sustos los tendrás durante todo el embarazó, es algo normal, acostumbrate — Él rey se puso en pie — Yo tendría más miedo de que ese doctor estuviera sólo con mi esposa, nos vemos William —
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...