Capitulo 51

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Nota de la autora

Hola todos, no pensaba publicar capitulo, pero creo que es necesario leer para sobrevivir a la cuarentena. 🤭😁😁  Así que espero que les encante el capítulo y no preocupen, a la Perfumista de París aún le faltan muchos capítulos para el final.

¿Que piensan sobre el final del capítulo?

¿Creen que ese personaje llegó para mover las hormonas de Florencia?

¡No olviden votar y comentar!

Florencia 

— Florencia eres una adicta al sexo ¿Lo sabes, verdad?  — Su hermana Celine camina de un lado a otro de la perfumería con la pequeña London en brazos, la besa en las mejillas y no para de tomarle fotografías como toda una tía obsesionada con su nueva sobrina, al parecer las dos rubias se llevan genial  — ¡Te vi los senos Florencia!Grandes, blancos y con los pezones rozados y esa imagen es como una maldita pesadilla que no me deja dormir. ¡Diablos, ya no se ni en cual parte de la perfumería haz tenido sexo! —

— He tenido sexo en toda la perfumería y también en el mostrador por si te lo preguntas, resulta ser una buena posición sexual, es un consejo de hermanas por si algun dia quieres intentarlo, ni siquiera tienes que quitarte la ropa, solo te levantas el vestido y ya — Florencia soltó un par de carcajadas y dio vueltas emocionada con Paris en brazos para hacerla reír, esta completamente feliz después de una noche de sexo ardiente — Quizá creas que soy algo...intensa, pero jamas habia sentido esto, Will me hace sentir miles de cosas, es como si cada vez que estoy con él, descubriera lo que significa tener sexo  —

Florencia se sonrojo por completo al ver el ceño confundido de su hermana. ¿Pero Celine que va a saber de esto? Ella no está enamorada y por eso la mira como si estuviera loca, pero Florencia siente que por dentro esta explotando de felicidad, William le insistió que se quedará en casa, pero no, tenia que venir a su perfumería y presumir su precioso anillo de compromiso.

Claro que tambien le gustaría quedarse en la cama con William todo el día, que le platique las aventuras de su juventud, la bese, que le hable de sus sueños, hasta que Paris lo interrumpa. 

Esa es su vida perfecta, sus dos preciosas niñas que la llenan de amor, su linda Paris con sus rizos rojos, con su pequeña sonrisa y esos ojos verdes burlones que se llenan de brillo al ver a su papá, seguramente William se sienta presionado cada vez que llega de su trabajo como el abogado del rey, quizá tengas mucho trabajo con los problemas de la realeza, pero cuando llega a esa gran casa, lo primero que lo recibe no son los sirvientes, sino los pequeños gritos emocionados de Paris y los besos apasionados de Florencia, pobre de ese ingles, porque mientras Paris se aferra a su cuello para que juegue con ella, Florencia se aferra a su camisa para besarlo y llevarlo poco a poco a cualquier lugar donde no esten las niñas para tener sexo, el pobre tiene que dividirse entre su hija y su apasionada amante, pero cuando London sulta un pequeño llanto, el mas minimo, William corre hasta ella y la toma en brazos. Siempre tiene a su pequeña London en brazos, no la deja ni para hablar con sus socios, es como si pensara que él es el unico que puede cuidarla mejor de su pequeña bebé.

Florencia miró a su alrededor, su perfumería se ha hecho tan famosa que siempre esta llena de personas, sus perfumes parisinos son conocidos en todos los rincones de Londres, es la perfumista de la reina y eso la ha hecho ganar dinero, pero esta segura que todas estas personas que compran sus perfumes la miran como si estuviera loca porque de seguro tiene un cara de enamorada que no puede ocultar, sonríe ante cualquier cosa y cuando se mueve entre los estantes de perfumes, hace que su vestido floreado y su cabello rojizo se muevan para que suelten su elixir, se suelte juvenil, podría jugar con sus hijas todo el día y jamas se cansaría, podría llegar a tener sexo con William y no se dormiría, porque esta jodidamente enamorada. 

Quiza ella nunca nacio para vivir en pequeños áticos, ni para besar mujeres, quiza lo unico que necesitaba en sus noches de depresion mirando la Torre Eiffel desde el alfeizar de la ventana de su pobre atico, era encontrar a un Will que le cambiará la vida. 

— ¿Estas segura de que quieres casarte con William? Se que tienes una fabulosa casa, el dinero que quieras y de seguro tendrás una boda espectacular — Su hermana Celine dejó a London en su portabebe, es tan pequeña que duerme todo el tiempo y la tomó de los hombros para verla a los ojos — No me molestaría ayudarte a escapar de una boda que no quieres, eres mi hermanita ¿Pero de verdad quieres casarte? ¿Lo quieres? —

Florencia beso las mejillas de su hermana.

— Por supuesto que lo quiero, sino, jamás habría dejado aquel ático.  — se paso las manos por el cabello, con mas seriedad en su voz — Quiero a William, no porque tiene dinero y es un buen padre, sino porque me hace feliz. Oh Celine, yo se que madre y tú piesan que William es un hombre demasido frio y serio, pero William es perfectamente romantico para mi, él me hace muy feliz —

— Bueno, en ese caso, creo que ya no podré invitarme a bares de strippers y de seguro mamá se volverá loca porque su hija favorita se casará —

Florencia no pudo contestarle porque tuvo que limpiar un poco de leche de la boquita de London, quería contestarle a su hermana que sí, que se casara y que nadie podra interferir en eso, pero solo fue un momento de distraccion mientras arrullaba a London, que perdió de vista a Paris, la busco rapidamente con la mirada por toda la perfumería, pero su bebé es una traviesa que gatea tratando de descubrir el mundo. Hay tanta gente en la perfumería, que se asusto al no ver a su pequeña Paris, hasta que escuchó la primer palabra de su hija, un solo balbuceo que la trajo de nuevo a la vida. 

— Mamá — Florencia busco a su hija con la mirada, pero es tan pequeña que apenas la notó aferrada a las piernas de una de sus clientas, es como un pequeño osito con su vestido rosa — Mamá —

Florencia se inclino para tomar a su hija en brazos, pero su bebé esta aferrada y cuando pudo soltar sus manitas, se puso en pie, llena de vergüenza para disculparse con esa persona. 

— Lo siento mucho, mi bebé es muy pequeña y apenas comienza a hablar...

Florencia apenas pudo sostener a su hija en brazos porque Paris levanta sus manos hacia aquella mujer sin dejar de decirle Mamá, pero Florencia esta de pie como una estatua, apenas puede respirar y de seguro perdió el color del rostro porque Paris no quiere irse con ninguna extraña, sino con Amelie, no con aquella chica inmadura que hace meses abandono en un destartalado taxi en medio de lagrimas y furia, sino a una nueva Amelie, con sus ojos llenos de vida y con una amplia sonrisa. Esa es la Amelie que la conquisto hace años. 

— Quiero un perfume Florencia —

La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora