William
— ¡Ya William, por favor! — Dijo Florencia regalándole con su voz entrecortada por el llanto — ¿Dime como supiste que Paris era tú hija? ¡No podré dormir sino me dices! —
William soltó una fuerte carcajada y se recargó en la cabecera de la cama, deberían tratar de dormir porqué solo faltan unas horas para que amanezca, pero esa perfumista no puede dormir, ha llorando por horas, lo bueno es que London está completamente dormida sino se habría asustado, esa bebé está ahí arropada entré las sábanas, pero la perfumista no tiene sueño, sus ojos están muy abiertos y se muerde el labio ansiosa esperándo a que hable.
Claro que quiere contarle todo, pero también quiere distraerla, ese es su objetivo para que olvide todas las lágrimas y qué dejé de llorar, no es justo que gaste lagrimas por cosas que ya no están, porque se nota que no puede parar, su pecho sube y baja con rapidez, sus mejillas están rojas y sus ojos están hinchados, odia verla así y no es justo que él trata de hacer todo lo posible para que jamás llore y que cosas externas la hagan llorar a mares, malditasea, pero no es justo.
Pero es inevitable controlar los impulsos de su pelirroja, así como es extrovertida y de repente se le antoja tener sexo en cualquier lugar y es muy romántica, también es muy impulsiva, ya sabía que iría al hospital y que trataría de pagar los gastos del hospital, por eso él fue antes, porqué ya sabía que Florencia cometería tal locura, pero la entiende, olvidar al primer amor nunca es fácil.
Tiene que hacer que olvide todo y se concentré solo en cosas buenas, no quiere que nada malo le pase ni a ella, mucho menos a los niños.
— ¡¿William, por dios ya dime porque querías adoptar a Paris?! — Florencia se movió por la cama hasta sentarse sobre sus piernas — ¿Ibas a quitarme a mi bebé? Ya se qué no me comporte de la mejor manera, pero siempre la quise, creó que desde el momento en que la vi y escuché su primer llanto —
— Lo se Florencia, ¿Quién no iba a tener miedo? Estabas sola, porqué no me quisiste decirme que estabas embarazada y aparte acompañada de esa... de Amelie — Las mejillas de Florencia se pusieron rojas como manzanas al escuchar ese nombre que la hace llorar — Pero no iba a quitarte a Paris, jamás lo haría, solo qué creí que no tenía mamá —
Florencia se limpió las lágrimas y lo golpeó en el hombro suavemente con una fingida molestia.
—¡¿Cómo que no tenía mamá?! ¡¿Y yo qué soy?! —
— Bueno, en ese momento pensé que Paris era una niña que podría adoptar, nunca me imaginé que fuera tú hija, la vi sola en ese hospital y creí que podría adoptarla — La acarició suavemente en la mejilla mientras ve como London se pelea con las sábanas — Pero en cuánto te vi de nuevo, noté la similitud en el color de cabello y no dude que fuera hija tuya —
— Paris es idéntica a mi, es mi clon y London es él tuyo —
— Pero no tiene nada de parecido a mi, Paris es toda una niña francesa y London tiene todo el perfil aristocrático Inglés — William sonrió de lado al ver los ojos curiosos de Florencia — Y aún así, desde que vi a Paris supe que era mi hija —
— Siento mucho no decirte nada, por mi culpa ni siquiera viste nacer a Paris, te perdiste todo su embarazo — Florencia volvió a ponerse sensible, las lágrimas bajaron rápidamente por sus mejillas — Sino me hubieras visto los senos en ese elevador del hospital como un acosador y si no hubieras querido adoptar a Paris, jamás te habrías dado cuenta que tenías una hija —
Florencia se arrojó sobre su pecho llorando dramáticamente, llenando su camisa de lágrimas, no cabe duda que su perfumista y su hija pelirroja son idénticas, en todos los sentidos, desde la efusividad en sus lágrimas, hasta la alegría en sus carcajadas.
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...