Capitulo 32

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William

— ¡No puedo creer que está casa sea para Paris! Vaya que mi sobrina de un mes tiene más suerte que yo — dijo Celine fascinada con la casa — Florencia y yo pusimos esa perfumería para ganar dinero y comprar esta casa, pero nos ganaste William —

A William poco le importa esa vieja casa de la colina, solo la compro porque  no quería que Florencia y Paris tuvieran que estar buscando habitación para dormir, quizá quiere hacerle entre que esta casa grande con amplios jardines, con grandes ventanas y candelabros que roban un suspiro es de ella. Gasto cientos de libras en esta casa solo para hacer entender a esa perfumista que puede darle mil cosas mejores que un horrible ático en París, pero pelirroja que lo fulmina con la mirada esta obsesionada con ese horrible, espantoso y polvoriento ático.

— Pueden venir cada vez que quieran, Paris es muy pequeña para saber que esto es suyo, además vivo en Londres y estoy bastante ocupado, así que necesito que alguien cuide de la casa. De hecho podría quedarse esta noche, Florencia, Paris y tu Celine —

— Sería lo mejor que me ha pasado en la vida, mi hermana y yo estábamos obsesionadas con esta casa de pequeñas — Celine sonrió emocionada — ¿Nos quedamos esta noche Florencia? —

Pero William no lo dijo para que se emocionará Celine, sino para que Florencia hiciera algo y por fin lo mirará, pero cuando lo hizo, con sus grandes ojos verdes furiosos, William se sientio mil veces peor.

— No — Esa pelirroja no lo dejo de ver en ningún momento como si lo odiara, tan diferente a la dulce mirada de Paris, que recuesta su pequeña cabecita sobre el cuello de su mamá a pinto de dormirse — Este lugar es horrendo, Paris no vendrá aquí y es demasiado peligroso para ella con esa gran piscina. ¡¿Quieres que se ahogue?! Amelie tenía tanta razon, tu William no sabes cuidar a una bebé —

Y se fue con su hija sin decir ni una maldita palabra más, solo vio esa cascada de cabello rojo perderse por los amplios jardines, dejándolo furioso y molesto. ¡¿Como se atreve a decirle que no sabe cuidar de su hija?¡ ¡Esta loca!

— Lo siento William, mi hermana tiene un humor de los mil demonios desde que se peleó con Amelie... —

William no pudo seguir escuchando nada más, esta furioso y lleno de coraje porque lo compara con esa chica lesbiana. ¡¿Como se le ocurre decir eso?! El sabe cuidar a Paris mucho mejor que ellas, ya tuvo un hijo, no es un hombre inexperto. Pero sabe que Florencia no está así porque se peleó con su novia, sino porque tuvieron sexo en la perfumeria.

Ni siquiera pudo dormir pensando en que demonios pasó. Era el momento perfecto, el olor afrodisíaco de los perfumes, el lindo trasero de esa perfumista y ese color de cabello que lo tiene loco, pero después de hacerla suya, cerró los ojos para componerse del orgasmo y Florencia lo abofeteó tan fuerte que no sabe que demonios pasó, pero la madre de su hija salió corriendo de la perfumería.

¿Y si no fue lo suficientemente bueno para ella?

William jamás en su vida se había sentido tan inferior, siempre que compite por una mujer con otro hombre, es fácil saber lo que se debe hacer para quitársela, pero en este caso es horrible, ¿Como demonios va a enamorar a esa pelirroja?  Él quiere a esa pelirroja y su su hija con el. Está consciente que no puede sustituir a una mujer. ¿Como se supone que va a borrar las caricias de una mujer?

William pasó toda la noche pensando si había sido muy brusco, quizá Florencia no esta acostumbrada al sexo con un hombre, quizá no le gustó, quizá lo odia, aunque la recuerda con las mejillas sonrojadas cuando se aferraba a su estrecha cadera para acelerar sus embestidas. El sexo con su novia lesbiana debe ser muy diferente, besos, caricias y algunas que otras cosas más. ¡¿Que demonios tiene que hacer para que Florencia olvide a esa castaña furiosa?!

La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora