Florencia
— ¡Regresó en un momento! Iré a la perfumería por la bebé, creo que tú hermana Celine ya la tuvo mucho tiempo — Florencia salió de la ducha en cuanto escucho la voz de su novia. Apenas y pudo ponerse un camisón, su cabello gotea mientras se acerca a la puerta de entrada para bloquear la salida con su cuerpo — ¿Qué haces Florencia? Tengo que ir por la bebé —
— ¡No! Deja que la bebé se divierta con mi hermana, Celine tiene que aprender a ser tía — Florencia sonrió de lado, esta muerta de frío y nervios, él camison se pega a su cuerpo mojado y resalta las curvas de su cuerpo, en otro momento sería sexy, pero ahora esta muerta de miedo. ¡Por ningun motivo va a dejar que Amelie vaya a la perfumeria! — Vamos a tener sexo —
Florencia se arrojó sobre los brazos de Amelie cayendo ambas sobre el piso. Tiene que detenerla de todas las maneras posibles. Su novia está cubierta con su pesado abrigo y su bufanda para protegerse del frío, pero no puede moverse aun cuando patalea molesta y menos cuando Florencia se sento sobre ella aferrando sus piernas alrededor del cuerpo de su novia. Trató de besar a Amelie, pero su novia esta furiosa.
— ¡No vamos a tener sexo, no puedes Florencia, acabas de tener un bebé! No estoy tan desesperada como crees — Amelie trató de ponerse en pie, pero la tomó de las manos y la aferró de nuevo contra el piso.
— Yo no puedo esperar Amelie. ¡Tengo que tener sexo ahora! —
Claro que Florencia no puede tener sexo, su entrepierna arde de la peor manera y solo quiere estar todo el dia en la cama, incluso dar pecho es agotante, está segura de que tiene los pechos mas grandes, pero Paris siempre come desesperadamente y despierta cada dos horas, así qué lucirlos en un hermoso vestido es un sueño del pasado.
Es precioso tener un bebé, su relacion con Amelie ha tomado un rumbo mas serio, ya no son ese par de chicas que cada noche salían a un fiesta diferente y terminaban tenido sexo en su destartalado ático, ahora es diferente, de verdad las dos se convirtieron en mamás y por esa misma razon no puede dejar que Amelie se vaya, porque la bebé no está en la perfumería y por supuesto que Celine no la está cuidando.
La pequeña Paris está con su papá y ese es él problema, se supone que Amelie y ella criarian a la bebé sin un hombre de por medio, pero jamas pensó que William se apareceria así de la nada, como un fantasma. Ahora Florencia no sabe que hacer, mientras Amelie la aleja y se pone de pie, un tanto molesta, miró a su novia acomodarse el abrigo dispuesta a irse por una bebé que no esta.
Le gustaria decirle a Amelie que la bebé esta con su papá, pero eso sería desatar la tercera guerra mundial y no quiere eso. Pero Florencia tiene ese dolor en el pecho que no la deja respirar, jamas creyo que tendría instinto maternal hasta que vio como William se llevó a su hija. Ahora no puede dejar de moerderse el labio nerviosa. William tenía que llamarla si algo salía mal o si Paris no dejaba de llorar, no lo ha hecho, tenía que traer a su bebé en unas horas y su bebé no ha llegado a su perfumería, ¿Y si William se roba a su bebe? ¿Si jamas aparece con ella? Le confio a Paris a un completo extraño, es su papá, pero no sabe nada de él, no tiene su numero telefonico y mucho menos su dirección, si William no llega en un par de horas más, estará segura de que se escapó con su bebé, con su pequeña Paris.
— ¡Basta Florencia, deja de ser infantil! — Amelie la miró unos segundos y Florencia le sonrió de lado para ocultar sus nervios — ¿La bebé no esta con tu hermana, verdad? ¡Joder Florencia te quiero mucho pero eres muy mala para mentir! Voy a ir a tú perfumería y traeré a Paris a casa. ¿A quien demonios le diste mi bebé? —
Amelie abrió la puerta a punto de salir del viejo atico pero casi choca con un hombre que esta de pie junto a la entrada de su ático. Se quedo unos minutos como una piedra al verlo justo delante de ella, pero eso no es lo que la asusto, sino que ese mismo hombre tiene a su hija en brazos, cómo si fuera suya.
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...