William
— ¿William podrías prestar atención de una vez? — Annie lo miró con una sonrisa de lado. Por lo menos su esposa ya tiene el semblante de antes, con sus hoyuelos en las mejillas y ese brillo en los ojos — Necesitamos ver a donde iremos de vacaciones, podríamos ir a la playa —
William le sonrió para que de una vez lo deje en paz, le importa muy poco a donde vayan, de todos modos han visitado casi todos los países y Annie siempre termina llorando por la muerte de James, así que sus hermosas vacaciones terminan con su esposa en cama casi todos los días y ese ricachón londinense vagando sólo por la ciudad. Le dio un beso en la mejilla, ambos están sentados en la pequeña sala infantil del centro de adopción. Annie está tan nerviosa que no deja de ver la revista y esta ansiosa por acercarse a los bebés.
— A donde tú quieras ir Annie —
Annie se puso de pie y dejó las revistas a un lado. Esta un poco molesta, quizá es porque el llanto de los bebés la pone nerviosa.
— Es imposible hablar contigo, mejor iré a ver a los bebes — Annie lo miró seriamente — No tardes, los dos tenemos que escoger a nuestro hijo —
Pero William apenas la miró, esta enfocado en su celular, sabe que se ve como un estúpido aferrado a su pequeño pero lujoso aparato, posiblemente Annie piense que se volvió loco. No es que se haya obsesionado con esa chica pelirroja, pero sigue mirando todas las fotos con atención, es preciosa con esa sonrisa agradable y su blanca piel, puede notar porque es tan atractiva para los hombres, siempre usa esos vestidos diminutos y le gusta enseñar sus atractivos senos, se ve que le encanta ir a fiestas y beber alcohol, como no podría gustarle si es diez años menor que él, esta en plena juventud. William frunció el seño al pasar una imagen y casi deja caer el celular.
¿Quien demonios, es esa mujer quien la está besando?
Claro que recuerda a esa mujer de cabello castaño que abrazó a la pequeña bebé como si fuera su mamá, pero creyó que era una simple amiga, una simple no, una muy buena amiga.
¡¿Lesbiana?!
¡¿Como demonios no se dio cuenta de que esa mujer es lesbiana?!
No es que sea homofóbico, pero siempre busca mujeres que les guste, ya saben, que les gusten los hombres. Pero esta cien por ciento seguro, porque vaya que tiene una buena memoria para recordar a las chicas con las que a tenido sexo, que esa pelirroja no fingió ninguna de sus caricias y mucho menos lo miró con asco. Debió darse cuenta por la manera en cómo lo miraba, sí es lesbiana se supone que no tolera a un hombre, pero ella fue quien toco la puerta de su habitación en el hotel y vaya que estaba dispuesta porque movía sus caderas de una manera tan fenomenal que le dio el mejor orgasmo de su vida. Eso no puede ser, esa ardiente pelirroja no puede ser de una mujer, las caricias delicadas no pueden aplacar su fuego interior, esa mujer necesita a un hombre para satisfacer sus deseos.
— Basta William, tenemos que ver a los bebés — rápidamente guardó su celular, se puso de pie y acomodó su traje. Caminaron hasta una habitación y tomaron asiento en pequeñas bancas infantiles — ¿Qué estabas viendo en el celular? ¿Reservaste los boletos de avión? —
— Estaba trabajando Annie — mintió.
Por un momento despejó su mente y observó a los pequeños jugando, puede escuchar a Annie hablar con la trabajadora social sobre el proceso de adopción y como son candidatos como buenos padres. Le gustaría sentirse padre de alguno de estos pequeños, pero no puede, estos niños son agradables, algunos apenas pueden caminar y le sonríen ampliamente a su esposa, incluso Annie comenzó a jugar con ellos, pero ninguno de esos niños puede remplazar el lugar que dejó su hijo James.
Simplemente no tiene ese lazo invisible que debería unirlo con otro niño.
— William yo sigo pensando en esa bebé — Annie tomó asiento junto a él, lo niños la siguen para jugar con ella — Esa pequeña de ojos verdes, yo quiero que ella sea mi hija, quizá su madre se arrepienta, apenas pasaron unos días, es tan pequeña que su madre se cansará de cuidar una bebé —
— Si a mi también me gustó esa bebé, creo que habría sido ideal para nosotros y tiene esos ojos verdes llamativos — sonrió de lado al recordar a esa pelirroja y su mirada furiosa — Pero su madre se arrepintió, es natural que quiera a su bebé —
— Bueno al parecer no vamos a poder tener hijos, a menos que adoptemos a uno de estos pequeños — Annie se fue a jugar cuando los pequeños se sentaron junto a sus piernas.
Quizá no necesiten esperar tanto para tener un bebé, no habla de Annie, sino de él, desde que miró a esa pequeña de ojos verdes, no puede y no quiere adoptar a ningún otro niño, porque adoptaría cuando tiene dudas de que una parte de él está viviendo en París. Se pasó las manos por el cabello y suspiró. Esta seguro que esa pequeña tiene un gran parecido a su hijo James, esos ojos risueños y aunque tenía unas horas de nacida, una sonrisa se figuró en su rostro, esa misma sonrisa que le mostro James el mismo día que murió.
Quizá solo esta enloqueciendo y quiere ver a su hijo en todas partes, pero no sería imposible que esa pequeña fuera suya, él tuvo mucho sexo con su mamá, es lógico que algún esperma travieso se fuera hacia otra parte y la embarazara. Esa pelirroja y él de verdad que no tiene nada en común, ya es un hombre maduro, rico, le gusta la seriedad, tener sexo con muchas mujeres, tiene una esposa y tuvo dos hijos que murieron. A esa mujer le encantan las fiestas, es más joven y tiene novia, no los une absolutamente nada, bueno...quizá esa pequeña de ojos verdes.
Es un idiota, un estúpido y todo lo que quieran por no usar un condón, pero no puede evitar de sentir a esa niña como suya.
Su mente no ha estado ocupada pensando en otra nueva mujer, ni en que gastar su dinero, ciertamente después del sexo cuando controla su respiracion o toma una ducha, en lo único que piensa es en esa bebé ¿Y si fuera suya? Esa mujer se enfureció en cuanto lo vio en el hospital, creyó que se puso así porque se enteró que adoptaría a su bebé, pero quizá ella se puso así, porque su novia y ella no pensaban decirle jamás que tuvo una hija y las dos querían criarla como suya y a él lo pensaban dejar como el donador de esperma.
— ¿Te pasa algo William? Pareces molesto —
— No me pasa nada Annie — mintió de nuevo, ¿qué no le pasa nada? Esta furioso, colérico y odia a esa mujer de cabello rojo. De seguro su molestia se nota demasiado, por eso los niños no se acercan a él — Tengo que irme de aquí ahora —
Salió de la sala sin esperar a su esposa. ¿Y si sólo tuvo sexo con él para quedar embarazada? ¿Y si quiere quitarle una parte de su dinero? No le molestaría darle dinero por su hija, pero para esa otra chica lesbiana ni una sola libra. Esta colérico y lleno de coraje, Annie lo mira asustada, pero no puede dejar de estarlo, menos aún cuando se imagina que esa mujer solo lo usó, como un maldito juguete sexual, lo convenció con esa cara bonita y ese cabello rojizo. Lo uso como un maldito donador de espermas y tiene tanta mala suerte que sus hijos se mueren, su esposa no puede tener bebés y embarazó a una chica lesbiana.
— William necesitamos escoger un bebé. Nos necesitan y nosotros necesitamos a un niño — dijo Annie al acercarse junto él, necesita tomar aire o está a punto se desmayarse.
Definitivamente su cabeza está a punto de explotar. Él tuvo a esa bebé, la abrazó, la miró a los ojos y sintió esa estupida conexión, de haberlo sabido antes se la habría robado, al fin de cuentas sabe que esa bebé es suya, pero si su madre es lesbiana, no pudo estar con otro hombre. Annie lo mira como si estuviera loco. Quisiera decirle la verdad, pero eso pondría fin a su matrimonio.
— ¡No me pasa nada, malditasea Annie deja de seguirme! — se pasó las manos por el cabello desesperado — Quedate aquí todo el tiempo que quieras y pide al chófer que venga por ti, no voy a adoptar a ningún de estos niños, yo... tengo que ir a París de nuevo —
No tiene tiempo para escuchar su respuesta, le dio un beso en la frente y subió a su auto acelerando como un vil loco, pero las locas son ese par de lesbianas que lo usaron como un tonto. No señor, esto no se quedará así, es abogado conoce todos los trámites que tiene que hacer, quizá Annie y él puedan cuidar mejor a esa dulce bebé, que ese par de mujeres. Hizo un par de llamadas y pidió que su vuelo a París estuviera listo.
Pedirá la prueba de paternidad y le demostrará a esa perfumista que esa pequeña, dulce y perfecta bebé, es de él. Esa niña es suya y lo sabe.
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...