Florencia
— ¡Dios Celine! — En cuanto abrió la puerta Florencia soltó un grito y le cubrió los a su bebé — ¡Cubrete el trasero y llévate a ese hombre! ¡No quiero que mi hija vea hombres desnudos! —
Florencia se espero afuera de su perfumería con su hija en brazos hasta que ese hombre castaño salió arreglandose la ropa y el muy descarado le guiño un ojo. Florencia entró llena de furia cerrando la puerta de un golpe. Su bebé no debería ver el trasero de su tía al aire.
— ¡¿Que demonios estabas haciendo en mi perfumería?! — me gritó a su hermana.
Pero Celine apenas puede ponerse en pie, después de una noche de alcohol y sexo, su cabeza duele y Florencia tuvo que echar unas gotas de perfume al aire para borrar el olor a cigarrillo.
— Estaba teniendo sexo con un desconocido, no me mires como si no supieras lo bueno que se siente tener un hombre entre las piernas, ¡Tu siempre tienes a William! — Florencia fulminó con la mirada a su hermana mientras la mira caminar tambaleante para buscar su ropa — Amelie me llamó ayer por la noche —
Florencia dejó de oler el elixir de sus perfumes y miró a su hermana con mucha curiosidad. Seria mentira decir que no extraña a Amelie, incluso por las noches se abraza a su amada pensando que es el delicado cuerpo de su exnovia, esta tan mal que no sabe porque estos días no puede parar de llorar en cuando escucha el nombre de Amelie. Aún tiene esa espina en el pecho que no puede sacar, tiene esas ansias de saber que pasa con Amelie, pero cada vez que ve a William, más la noche anterior que por error casi lo ve desnudo, se dio cuenta que siempre le gustaron los hombres.
— ¿Que quiere Amelie? — preguntó tratando de ocultar sus nervios — ¿Ella...esta bien? —
— Amelie me pregunto si podía ver a Paria de nuevo, dijo que la extraña y que quería regalarle unas cosas —
Florencia aferró a su pecho a su pequeña bebé pelirroja y la miró jugar con sus mechones se cabello. Claro que a Paris le hace falta ver a su segunda mamá, pensó que no había logrado encariñarse con Amelie, pero su bebé llora desconsoladamente por las noches y ni William, ni ella pueden calmarla hasta que se pone un poco del perfume de Amelie para que su hija piense que es su segunda mamá. Su hija la necesita y no puede ocultarlo.
— Supongo que si puede ver a Paris — soltó un suspiro — Es su mamá, yo... podría llevarla hasta su nuevo departamento y quedarnos ahí unas horas, quiza podríamos tomar un café juntas —
Pero su hermana la fulminó con la mirada y cruzó los brazos sobre su pecho. La miro como si fuera la hermana más tonta del mundo.
— Si claro e iras otra vez con ella para volverla a enamorar. ¡No, claro que no puedes verla! ¡¿Tu quieres herirla más?! Le dije que te dejará en paz y que se busque otra chica de la cual se enamore. Amelie solo esta buscando cualquier excusa para volver contigo, la engañaste dos veces y te vio tener sexo.— Celine se pasó las manos por el cabello — Dime la verdad Florencia ¿Dejarias a William para regresar con Amelie? —
— No — Florencia se mordió el labio — William me gusta mucho, creo que es la primera vez que me gusta tanto un hombre —
— Ya vez hermanita, William es tu sugar daddy — Celine se hecho perfume para borrar el olor a sexo — Amelie ya es cosa del pasado —
Florencia tuvo ganas de golpear a su hermana para que no sea tan tonta, pero solo la miro de soslayo mientras trata de quitarle sus mechones de cabello de las manitas juguetonas de Paris, porque cada vez molesta más a mamá.
— ¡¿Estas loca?! — Florencia se mordió el labio cuando Paris jalo un mechón de su cabello y antes de recostarse en su pecho — William no es mi sugar daddy... él, no se, supongo que es mi novio o algo asi ¡Déjame en paz! —
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La Perfumista De París [Saga Las Perfumistas Parte 1]
RomanceFlorencia Bellerose sigue la tradición familiar con su tienda de perfumes en París. Le encanta su vida y tiene todo lo que necesita, su viejo ático, sus perfumes y una cena romántica junto a su novia mirando la Torre Eiffel, esa es su vida perfecta...