Jefe 7ª planta (I)

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Se acercó con Oscuridad. Sabía que no lograría acabar con él sólo con acercarse a escondidas, pero siempre estaba bien comenzar haciendo daño.

Renunció a usar Tentáculos, pues eran poco efectivos contra aquel jefe, ni tampoco los Muros. No se le ocurrieron otras estrategias que pudiera usar ella sola a su nivel, tan sólo combatir de frente. Aunque no había ningún problema en empezar furtivamente.

Llevaba el látigo en el cinto y empuñaba las dos dagas. Si bien era cómodo sacar las armas del inventario y volver a guardarlas, perdían las bendiciones. Dado que aquella iba a ser una pelea larga, no quería incurrir en el gasto de maná de hacerlo continuamente.

Escaló, Planeó y aterrizó para asestar dos Puñaladas Traseras en la base de una de las antenas. Inmediatamente, desclavó las dagas y saltó hacia atrás, sobre el lomo del milpiés. Éste movió abruptamente la cabeza para chocarla contra la pared, pero la vampiresa ya no estaba allí.

Gjaki corrió sobre su enemigo, hasta llegar a un punto donde el cuerpo estaba enroscado sobre sí mismo. Allí invocó un Pilar de Oscuridad, alcanzándolo de lleno.

Si pudiera mantener ese nivel de daño, acabaría con él con relativa rapidez, pero no era posible. Ya no tenía el efecto sorpresa, y sólo podía lanzar un número limitado de pilares. De hecho, sólo planeaba hacerlo si su reserva de maná era alta y tenía una buena oportunidad.

El jefe de planta se Sacudió, moviendo violentamente su cuerpo, con tal fuerza que cualquiera que estuviera sobre él saldría disparado. Y cualquiera que estuviera en los alrededores corría el riesgo de ser duramente golpeado.

Sin embargo, Gjaki ya no estaba allí. Se había envuelto en un Aura Tenebrosa después de salir de Oscuridad, para ir haciendo daño mientras estaba sobre él, lo que había forzado a su enemigo a reaccionar de esa forma. Ella había aprovechado el impulso de Sacudida para llegar hasta la pared, ayudada por Planear, y se había agarrado con Escalar.

El milpiés se abalanzó hacia ella, de frente y Escupiendo ácido. No fue en línea recta, sino que dio un pequeño rodeo para que su cuerpo se acercara a ella en todas direcciones, rodeándola.

Se impulsó en la pared, ayudada por el estímulo de Sobrecarga Sanguínea. Pretendía pasar sobre él, pero el inmenso insecto dobló parte de su cuerpo, creando como una montaña rusa con éste, para colocar sus afiladas patas en la trayectoria.

Ella optó por Bloqueo Manual para detener la amenaza, colocando los dedos sobre una pata, e impulsándose con ellos para pasar sobre éste, cual competición de salto de altura. A pesar de la habilidad, y a pesar de lograrlo, sufrió un profundo corte en la mano. Eso le impidió empuñar por un momento una de las dagas, pero la otra pasó Rasgando sobre la pata y la dura piel del insecto, sin hacer excesivo daño con ella, aunque algo más con Toque Tenebroso.

Pronto, Autorregeneración curó la herida, mientras ella envainaba la daga en el cinto y empuñaba el látigo. Corrió en paralelo al largo cuerpo de su enemigo, un poco más rápido de lo que éste intentaba alcanzarla con la parte que justo había sido sobrepasada. Mientras corría, no dejaba de golpear con el látigo, usando Roce y Regate para mantenerlo sobre su enemigo el mayor tiempo posible, y dejar que Toque Tenebroso hiciera el resto.

No obstante, no solo el cuerpo Ondulaba hacia ella, sino que la cabeza y la cola se intentaban cerrar en un círculo para atraparla.

Cuando llegaron cerca, guardó el látigo como si de un cinturón se tratara, volvió a abalanzarse hacia una pata, a agarrarla con los dedos con Bloqueo Manual, y a saltar sobre ella. Esta vez usó también Endurecer, por lo que la herida recibida fue poco más que un rasguño, y ambas dagas Rasgaron a la vez el cuerpo de su enemigo poco después.

Esta vez se quedó sobre él por unos instantes, logrando asestar dos Dobles Filos antes de que éste se Sacudiera de nuevo y ella saltara al otro lado. Y de nuevo hacia atrás para evitar ser golpeada por Ondular.

La parte delantera del milpiés pasó sobre su propio cuerpo, buscándola, haciendo que todo él se desenroscara, moviéndose en toda su longitud siguiendo el trayecto marcado por la cabeza.

Dado que tenía espacio, la vampiresa alzó un Muro Tenebroso y corrió alejándose de dicho Muro, manteniendo la línea recta entre ella, el Muro y la cabeza de su enemigo. Y alzando un par más por el camino. De esa forma, mientras la seguía, éste los atravesaba con cada parte de su cuerpo, causándole así una gran cantidad de daño.

No tuvo más remedio que moverse en zigzag un poco después, evitando así el ácido, hasta que su enemigo se acercó lo suficiente, abriendo las mandíbulas para intentar engullirla.

Ella aprovechó para Agarrar el látigo a una de las antenas. Saltó, ayudándose del arma para impulsarse con más fuerzas, y lamentando no tener aún Muelle, que hubiera hecho la maniobra más sencillo y menos arriesgada.

Un poco de ácido rozó su pierna, aunque no lo suficiente para causar mucho daño. Pronto, Autorregeneración se encargaría de ello.

Aterrizó cerca de la cabeza, doliéndose. Inmediatamente, saltó hacia adelante, impulsándose también con el látigo de nuevo, para alcanzar la base de una antena, quizás su punto más vulnerable. Sin perder tiempo, empezó a clavarle una de las dagas, mientras recogía el látigo.

No tardó el jefe de planta en Sacudirse. Esta vez, ella se mantuvo sobre él, como si de un caballo encabritado en un rodeo se tratara. Estaba aprovechando Escalar para sujetarse, sin importarle que no fuera el propósito de la habilidad.

Al no poder librarse de ella, el milpiés Rodó sobre sí mismo. Ella no tuvo más remedio que apretar los dientes y aguantar el primer golpe contra el suelo, pues no podía anular la habilidad y separarse tan rápidamente.

Notó el fuerte impacto contra la piedra, obligándole a soltar la daga, que cayó al suelo. Sintió un fuerte dolor en el hombro y en la espalda, así que no dudó en soltarse en cuanto su enemigo Rodó un poco más.

El jefe miró alrededor, pero ella se había ocultado en Oscuridad y arrastrado detrás de una enorme roca. El dolor era intenso, aunque poco a poco iba remitiendo. Tardó un par de minutos en curarse del todo.

Había logrado hacer bastante daño hasta ahora, pero también había gastado maná, energía y sangre, y se había visto envuelta en una situación muy peligrosa.

–Me he equivocado al intentar cabalgarlo. No volverá a pasar– se dijo desafiante.

Regreso a Jorgaldur Tomo III: guerrera de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora