Duelo (II)

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Lobo Negro estaba furioso. Esperaba dominarla desde el principio, pero pronto se dio cuenta de que no iba a ser tan fácil, a pesar de que ahora ella ya no pudiera "hacer trampas".

Extendió entonces violentamente los brazos hacia fuera, activando Onda de Energía. Era una habilidad que costaba una considerable cantidad de energía, algo que no le preocupaba. Tenía de sobras, y confiaba acabar aquel combate cuanto antes.

La onda se expandió alrededor de él rápidamente, hasta más de quinientos metros. Su rival no podría esconderse de ella, aunque estuviera detrás de un árbol. Si bien no todos eran destrozados, la onda los atravesaba, por lo que era inútil usarlos como protección. Tendría que defenderse sola, lo que delataría su posición. Lo que no esperaba era que no hubiera ni rastro de ella.

–No puede ser... No puede haberse ido tan lejos en tan poco tiempo– musitó, incrédulo.

Fue entonces cuando una daga hecha de maná oscuro mediante Arma Tenebrosa lo atacó por detrás, amenazando con atravesar su Escudo de Energía. Un instante más tarde, se oyó una voz burlona.

–Sigues siendo tan estúpido como siempre. ¿No te has parado a pensar que podía estar arriba?

Gjaki sabía que no podía dañarlo de gravedad con facilidad. Incluso sin la protección del escudo, su piel y armadura hubieran resistido el impacto. Por eso, sólo había hecho un arma, y lanzado con Daga Fugaz para llamar su atención.

Su deseo era que usara la versión en tres dimensiones de Onda de Energía, pues ello le haría consumir aún más energía. Aunque éste ni siquiera pensó en ello. De hecho, no pensó.

Con Impulso, Lone saltó velozmente hacia la rama donde estaba Gjaki, desde donde le había hablado. Allí, sin darle tiempo a reaccionar, destrozó la rama y a quien había encima, o eso creyó por unos momentos. En realidad, era otro Clon.

–Ja, ja, ja. El mismo payaso de siempre– se oyó una voz detrás.

–Ja, ja, ja. ¿Creías que podías cogerme tan fácilmente?– se oyó otra a su derecha.

–¡Estoy aquí!– dijo otra más allá.

Sería mentir decir que Gjaki no se estaba divirtiendo con Ventrílocuo. Quería desesperarlo aún más si era posible. Y lo consiguió.

Un tremendo alarido cubrió la zona de combate, a la vez que Lobo Negro desencadenaba una Ola de Destrucción. Era su habilidad más devastadora, y en la que tenía que invertir la mitad de su energía.

La vampiresa sonrió por un instante, ya que aquello cumplía su primer objetivo con creces. No obstante, su sonrisa pronto pasó a una expresión mucho más solemne. Aunque no mortal, aquella habilidad podía causarle bastante daño.

Se agachó, protegiendo así su cuerpo con brazos y piernas, minimizando la superficie que estaba expuesta a la onda destructiva. Sintió el poder de la energía que amenazaba con lanzarla hacia atrás, a la vez que golpeaba su cuerpo. Apretó los dientes para controlar el dolor.

Varias astillas se clavaron en sus brazos y piernas, y algunas ramas la golpearon. Apenas podía ver a través de sus dedos, y los Murciélagos que había invocado antes habían sido desintegrados.

Fue entonces cuando percibió como los restos de un árbol se abalanzaban contra ella. Encogida sobre sí misma, rodó dos veces hacia un lado para esquivarlo, provocando que perdiera el soporte y fuera lanzada hacia atrás, hacia la cúpula externa de la zona de combate. Si chocaba contra ella, podía sufrir bastante daño, o así era en el juego.

Mientras que con un brazo se cubría el rostro, con el otro se agarró a la tierra por medio de Escalar, a la vez que trataba de apoyar sus pies de nuevo en el suelo. Cuando finalmente se detuvo, podía verse el rastro de sus uñas clavadas en el suelo frente a ella. No obstante, no se había acabado. Un trozo de otro tronco se dirigía hacia ella.

Con Sangre a los Pies, saltó hacia adelante y el lado, para así esquivar, y contrarrestar a la vez la fuerza que quería lanzarla hacia atrás. Sin dudarlo, volvió a agarrarse a la tierra con sus uñas en cuanto aterrizó.

Repitió la misma maniobra tres veces más, hasta que ya no quedaron más escombros, y poco después la fuerza destructiva cesó. Había sufrido multitud de magulladuras y cortes, lo que la había obligado a consumir sangre para Autorregenerarse. No dudó en beber rápidamente de uno de los frascos para reabastecerse, a la vez que se levantaba y se dirigía hacia su enemigo.

Había sido una experiencia terrible y peligros, e incluso había pasado miedo, pero no podía mostrarlo. Así que evitó temblar mediante Corazón de hielo, y se dirigió con gesto confiado al demihumano, que respiraba pesadamente y la miraba con una sonrisa arrogante.

–Ya no puedes esconderte, maldita puta. Eres mía– amenazó, aunque no atacó de inmediato. Aún tenía que recuperar el aliento.

El terreno había quedado prácticamente despejado. Apenas algunos tocones quedaban como testigos de que antes había habido árboles allí. De hecho, algunos habían sido incluso arrancados de raíz, dejando un boquete en el suelo.

Hojas, ramas y muchas piedras también habían desaparecido, junto a las pocas trampas que había colocado Gjaki al inicio. No obstante, eso no le impidió crear algunas más mientras avanzaba, disimuladamente.

–Cómo siempre, sólo eres un bruto sin cerebro. Ven, ¿a qué esperas?– lo provocó ella.

Hizo un gesto con la mano para que fuera hacia ella, a cada una de ellas. Siete otros Clones Espejo rodearon a su oponente, todas ellas actuando exactamente igual. Era imposible distinguir la verdadera.

Lone apretó los dientes, pero esta vez no se dejó llevar. El esfuerzo había conseguido calmarle, por lo que podía pensar con un poco de claridad. Tras unos segundos mirando alrededor, Avasalló hacia una de las vampiresas.

Sorprendida, ésta apenas pudo esquivar por unos centímetros, ayudada de Danza de las Sombras. Por alguna razón que desconocía, su contrincante había podido averiguar cuál era la real, algo que nunca había sucedido en el juego.

–Ja, ja. Puedes esconderte, pero yo puede olerte. No vas a poder escapar de mí– se vanaglorió él.

–Estúpido. No deberías decírmelo y perder tu ventaja– pensó ella, aunque, a diferencia de él, no lo dijo en voz alta.

Regreso a Jorgaldur Tomo III: guerrera de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora