Junto al manantial (I)

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Había más de veinte enemigos, sólo un par de nivel 9, cuatro más de 8, y el resto de nivel inferior al de ella. Podía entrar y salir de la barrera, e incluso, inesperadamente, tenía la ayuda del manantial.

Sólo le faltaba tener una reserva mayor de sangre, pero eso era algo en lo que el agua sagrada no era capaz de ayudar. Por ahora, la tenía llena, pero no le quedaba apenas en el inventario para reponerla si se acababa. Es cierto que tenía de mayor nivel, pero no la podía consumir todavía.

Tenía mucha sangre de nivel 100, pues era la que usaba en el juego desde que había alcanzado el nivel máximo. Así que había acumulado grandes cantidades tras sus numerosas misiones, entrenamientos o farmeos. Por ello, en aquel entonces, podía usar las habilidades de sangre libremente, pero ahora debía tener mucho más cuidado.

Miró una vez más al exterior y salió de la protección de la barrera por un lugar diferente al que había entrado. Inmediatamente, aplicó Toque Tenebroso al látigo y lo blandió contra un esqueleto nivel 7.

Todos los nomuertos se volvieron hacia ella y empezaron a avanzar en su dirección. El esqueleto al que atacaba era el más cercano, pero cayó antes de llegar hasta ella.

La vampiresa continuó atacando a los esqueletos, a medida que retrocedía poco a poco. Cuando finalmente parecía que podían alcanzarla, simplemente atravesó de nuevo la barrera.

–Un poco aburrido, pero una forma fácil de ganar experiencia.

Lo cierto era que no había ganado mucha. Apenas había acabado con tres de ellos y herido a unos cuantos más, a veces directamente con el látigo, y a veces usando Agarrar para lanzar uno de ellos contra los otros. Pero también era cierto que tampoco había corrido ningún peligro, ni gastado demasiado maná o energía.

Observó unos segundos los nomuertos, cómo avanzaban hacia donde había estado, y se dirigió a otro punto de la barrera. Aunque podían verla, no podían sentir su presencia mientras estaba dentro, así que pudo volver a repetir la misma operación. Atacó a los esqueletos con el látigo, y se volvió meter dentro cuando empezaban a acercarse. El látigo le daba algo de rango y era efectivo contra ellos, por lo que decidió dejar a los zombis para más tarde.

Incluso comprobó que realmente podía usar el agua del manantial para recuperarse completamente, por lo que maldijo una vez más en su mente.



Había acabado con casi veinte esqueletos, lo que estaba lejos de ser suficiente para subir de nivel, ya que le daban poca experiencia dado que el nivel de ella estaba por encima. Debido a que unos pocos enemigos más habían llegado, todavía quedaban cinco esqueletos y ocho zombis.

Ágilmente y con la ayuda del látigo y Agarrar, trepó por el anciano árbol que crecía junto al manantial y de cuyas aguas se alimentaba. Por ello, sus ramas eran más fuertes de lo normal, y sus frutos excepcionalmente sabrosos y mágicos. Por desgracia, eso era algo que ella no sabía ni podía por ahora averiguar, pues dichos frutos tan sólo crecían una vez cada cien años, y aún quedaba tiempo para que volviera a florecer.

Saltó de la rama, atravesando la barrera y cayendo sobre un de los esqueletos restantes.

–¡Patada voladora!– exclamó, sintiéndose por un momento la protagonista de una película de artes marciales.

Un instante antes del impacto, activó Endurecer en sus pies, protegiéndolos del golpe y haciéndolos más mortíferos. El esqueleto nivel 6 fue derribado, y sus huesos salieron despedidos en todas direcciones.

La velocidad que llevaba obligó a Gjaki a dar una voltereta en el suelo, tras la cual se levantó junto a otro esqueleto, al que le dio un fuerte codazo en la calavera. Una vez más había usado Endurecer, esta vez en el codo.

Al mismo tiempo, lanzó una patada contra la tibia. No llevaba sus poderosas botas de nivel 100, pero con Endurecer era suficiente para romper el hueso. La falta de una pierna desequilibró a su enemigo, que nada pudo hacer ante los martillazos que recibió. Había sacado uno de los martillos especiales que se adaptaban a su nivel, por lo que ahora era 8, y había rematado con éste al esqueleto nivel 7.

Guardó el martillo y se abalanzó hacia un zombi que estaba algo aislado. Aunque se alejaba un poco de la barrera, no le pareció peligroso. No había tantos, y era mucho más rápida que ellos.

Usó Endurecer sobre su antebrazo para bloquear el ataque del zombi y le clavó la daga en el estómago, agachándose para esquivar la otra mano de su desagradable enemigo. El olor de putrefacción resultaba extremadamente nauseabundo.

Se movió para rodear a su enemigo, arrastrando la daga clavada e infligiendo un enorme corte.

Intentó hacerlo caer, romperle la pierna, pero el zombi nivel 8 era sorprendentemente fuerte. Así que se limitó a seguir con el corte y clavarle la otra daga en el cuello.

Un líquido negruzco, que en su origen debía de haber sido sangre, brotaba por la herida. Gjaki ni siquiera pensó en probarlo. No sólo había visto demasiadas películas de zombis como para arriesgarse a convertirse en uno, sino que le parecía repugnante.

Herido e incapaz de contratacar, ni siquiera la llegada de un esqueleto pudo salvarlo. La vampiresa siguió cortándolo mientras apartaba al recién llegado con una patada en el pecho, y después fue a por éste, usando un martillo.

En el juego hubiera usado sus puños y piernas, pero ni podía usar su equipo nivel 100 ni podía usar Endurecer continuamente. No obstante, el martillo, a pesar de no tener habilidades, fue suficiente para aplastarlo, junto a algunas patadas previas para desequilibrarlo.

Aún tenía suficiente maná y energía, así que se abalanzó hacia el siguiente zombi, agachándose ante su ataque, y usando Oscuridad, para luego poder atravesarlo con Puñalada Trasera.

Vio de reojo que se acercaba un zombi desde el bosque, un nuevo enemigo, pero no le hizo mucho caso. Estaba aún lejos y tardaría en llegar. Pero pronto se dio cuenta de su error.

Notó un fuerte golpe y un terrible dolor en la pierna. Con los dientes apretados, dio una patada con Endurecer a lo que fuera que la había golpeado. Era una cabeza de un zombi nivel 10, que su dueño había lanzado con Lanzacabeza, y que la había mordido.

Regreso a Jorgaldur Tomo III: guerrera de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora