Día 18

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Es de noche. María y yo estamos viendo las noticias junto a pequeño Horacio, a quien ya le cambiamos la cuna por un colchón, al lado de nuestra cama.

El Papa Francisco aparece en Filipinas hablando a miles de personas. Una niña pregunta cosas en un micrófono, la traductora del noticiero resume lo que dice, así: "¿Por qué los niños tienen que sufrir tanto?". El Papa contesta: "Hoy has hecho la única pregunta que no tiene respuesta". Luego la niña lo abraza y se pone a llorar.

—¿Qué le diremos a Horacio cuando nos pregunte por qué envejece tan rápido? —se me ocurre decir a María.

—No lo había pensado hasta ahora.

—Deberíamos tener preparado algo.

De repente, pequeño Horacio dice: "wa".

—¡Es la primera vez que dice esa sílaba! —exclama María que acerca su rostro al niño—. ¿Qué dijiste, Horacio?

—Wa.

—Eso está muy bien —digo emocionándome con el pequeño logro—. Debe faltar poco para que diga "ma" o "pa". Con eso ya estará muy cerca de sus primeras palabras.

María sigue preguntándole cosas.

—¿Cómo te llamas?

—Wa.

—¿Cómo me llamo?

—Wawa.

—¡Es un progreso enorme! —dice María que salta de la cama al pequeño escritorio en busca de una hoja—. Esto tengo que anotarlo. 18 de enero. Horacio dice "wa" y "wawa".

—Es verdad —coincido entusiasmado—, antes era solo un balbuceo imparable, ahora se toma su tiempo. Si dice una sílaba diferente a "wa"... —María sale disparada a la cocina y regresa con un vaso de agua, se lo muestra a Horacio pequeño.

—A ver, hijo mío, repite "a... wa... a... wa".

—A... ¡wa! —dice Horacio pequeño—. Awa —repite y María se emociona tanto que lo abraza, lo carga y baila con él, que se contagia de tanta alegría y ríe. Yo cojo la hoja y escribo "Su primera palabra: Agua". En la televisión, el Papa Francisco sigue hablando a la muchedumbre. Pienso en mi hijo aprendiendo nuevas palabras. Oraciones completas. Hablándonos. Primero a nosotros, luego a más personas. Un hombre que va a vivir solo 365 días debe tener algo que decir. Se le tiene que escuchar. Y me hago la promesa de practicar con él todos los días, hasta que sea capaz de hablar.

La vida de HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora