La vida de Horacio

Día 22

Diario de Marco

Me dijeron que escriba algo sobre Horacio, ya que sería interesante juntar momentos de su vida por escrito, y como las únicas personas que podemos escribir sobre él somos María, Horacio y yo; pues lo sentí casi como un deber.

Me alegra mucho que le haya gustado mi regalo del lienzo, el atril y los tubos de óleo. Eran de mi abuelo pintor. A mí nunca se me dio por pintar, así que, enhorabuena que alguien pueda sacarle provecho a esas cosas.

¿Qué pienso del pequeño Horacio? Hoy en la universidad, lo recordé. Organizaron una charla sobre los arquetipos de Jung, uno de mis temas favoritos. El profesor habló del anciano sabio. Se me quedó grabada una parte, dijo algo así: "En un momento puedes sentir la necesidad de que alguien aclare el panorama de tu vida. Necesitas un buen consejo, tomar una decisión, etc. Entonces viene el arquetipo del anciano sabio en un sueño. Puede ser un viejo, pero también, un mago, un profesor, un animal, o quién sabe, un gnomo. Ese arquetipo viene a compensar la carencia espiritual de ese momento, va a llenar un vacío".

Los arquetipos según Jung son imágenes comunes a toda la humanidad. El arquetipo del anciano sabio está presente en leyendas, cultos y mitos de todas las culturas, y también puedes soñar con él.

Me quedé pensando en Horacio hijo como un arquetipo, aunque no existe en ningún sueño o leyenda. Está con nosotros desde el primer día del año, dibujando sus figuras geométricas y diciendo sílabas extrañas. Es como si hubiera salido de un sueño para entrar en la realidad.

Mejor dicho... Horacio es un arquetipo que entró en la realidad.