Día 94

5.3K 418 12
                                    


Diario de María

Marco, la ceremonia en Arkaim acabó. No sé qué pasó en verdad. Juntaron a los niños, hicieron unos cantos extraños. Había un tipo alto que dirigía todo. Mira, nos tenemos que ir a Óbninsk en un rato, andamos de acá para allá en verdad. Trataré de contar lo más importante. Cuando llegamos a Arkaim, en la tarde, ya varios chicos de la edad de Horacio estaban formando un círculo. Había varias personas cerca; primero pensé que era por los chicos, pero luego me di cuenta que el lugar atraía a muchas personas por sus supuestas "energías". Hacían ejercicios de meditación en los alrededores de todo el lugar. El intérprete, que se llama Iván, me explicó algo de eso. Alguien dirigía a los chicos, un tipo alto que los iba poniendo en posiciones de acuerdo a una brújula. También tenía un cuaderno con anotaciones que no soltaba en ningún momento. Cuando vio a Horacio en su silla de ruedas, llamó a Dimitri, que es uno de los rusos que nos acompañaron en el viaje por avión. Le preguntó algo en ruso, Dimitri asintió con la cabeza. Entonces, el hombre alto nos saludó amablemente, en ruso. Le dijo algo al intérprete y él lo tradujo así: Él pondrá a Horacio en su posición, nosotros tenemos que alejamos del círculo. Nos juntamos a un grupo de varias personas, de diferentes nacionalidades. Varios de ellos estaban en parejas, como Horacio Papá y yo. Eran los padres de los niños, sin duda. Todavía no los conozco. No nos dejaron hablar entre nosotros. Pero esto siempre lo hacen de forma muy amable. Me emocioné cuando vi una cara conocida. Era la del anciano que me había dado el papelito con el número del vidente. Estaba con su esposa. Luego, entre los chicos cercanos a mi hijo, vi al niño que me había aconsejado no ir donde el vidente. Hubiera querido que me mire, pero estaba de espaldas hacia mí y solo de rato en rato volteaba para ver a los ancianos. El tipo alto los puso a cada uno en su posición (después me enteré que su nombre es Román). Formaron un círculo y Román estaba en el centro. En un momento se sentó, cruzando las piernas, cerrando los ojos. Se puso a respirar tranquilo. Los chicos estaban parados, mirándose entre sí, con curiosidad. Los conté. Eran diez personas, incluyendo a Horacio hijo. 5 hombres, 4 mujeres y un bebé, que era cargado por una de las mujeres, una niña de cabello castaño, igual al de Horacio. No podía distinguir a la distancia si el bebé era hombre o mujer, pero tendría alrededor de 3 meses. Como te dije, la ceremonia consistió en unos cánticos que hizo Román, y que los niños imitaron. A veces Román les pedía levantar los brazos, o estirarlos a los costados. En un momento Román se sentó con las piernas cruzadas, y se puso a meditar en silencio. Estas acciones se repitieron varias veces. Al final se levantó y dijo algo que Iván, el intérprete, tradujo como: la ceremonia ha terminado. Ojalá hubieras podido ver a los chicos. No sabía quién era X-1, X-2 o X-3. Algunos tenían este aspecto ido como Horacio, y otros no. Horacio era el único con silla de ruedas. Eso me dio algo de pena. Quizás los otros chicos también tenían problemas para caminar y sus padres fueron mejores padres que nosotros. No lo sé. Había un niño japonés. Pude escuchar su nombre porque cuando terminó la ceremonia, la única pareja japonesa que vi dijo: Toshiro, y se acercaron rápido a abrazar al niño. Horacio y yo hicimos lo mismo, nos acercamos rápido a nuestro hijo. Otra pareja hablaba en alemán a un niño. Escuché a otros padres hablar algo parecido al griego. Todo fue muy rápido, Marco. En seguida nos dijeron que debíamos ir a un pueblo cercano cuyo nombre no recuerdo. Desde ese lugar te estoy escribiendo ahora. Dimitri me ha prestado su laptop. Cuando regrese voy a imprimir este correo electrónico y lo pegaré a mi diario. La niña que cargaba al bebé me ha dejado sumamente intrigada. Tenía una cara de tristeza y a la vez, se notaba tan sobreprotectora con el bebé. Espero que me dejen hablar con ella, pronto. Tengo mucha curiosidad. Me tengo que ir ahora. 

Un abrazo 

María


La vida de HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora