Día 263

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Diario de la Dra. Ruth

Otra vez llevamos a los niños X a la sala de juegos. Cronos es terco y sigue tratando de llegar al nivel 256 de Pac Man. Eso me alegra sobremanera. Ivo me preguntó por qué no le mostrábamos a los niños X una de las imágenes que circulan en internet con la pantalla del nivel 256, donde aparecen los números y letras a descifrar. Pero las instrucciones del sueño fueron muy claras: Traer la máquina, encontrar al niño que sabe jugar Pac Man y al que puede interpretar el mensaje del último nivel. Debe existir una buena razón para seguir esa secuencia.

"Todos los niños X están despiertos, Eva. Todos menos uno. Por favor, no tardes" le dijo en voz baja a la cámara donde X-1 duerme. ¿Acaso intento que su espiritú me escuche? ¿Empiezo a creer en la telepatía? Una científica no hace eso. Pero estoy rodeada de niños con un ADN extraño, ADN formado bajo mi supervisión, con conocimiento que no es de este mundo. Creer en lo sobrenatural es parte del juego ahora.

"Traer a las madres de los niños X. Luego traer a los padres y madres que los criaron desde el primer día del año". Es la única idea que se me ocurre para lograr que los niños X recuerden su misión.

Dentro de tanta incertidumbre, al menos llegó una buena noticia. Román se encontró hace unos minutos con la persona capaz de leer vidas pasadas. Alguien cuyo nombre ya está en nuestros archivos: Isabella.


La vida de HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora