Día 3

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Estábamos en el auto, rumbo a la comisaría, cuando María pidió que me detenga. Me miró a los ojos y dijo en tono de pequeña súplica:  Algo me dice que debemos quedarnos con el niño, por lo menos un par de días.

Ya en la casa, decidimos llamar al niño Horacio, igual que yo.

La vida de HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora