Día 153

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Diario de María

Román nos envió un mensaje a través de la página web secreta. Pedía disculpas a todos los padres de niños X porque todavía no era posible que se conozcan unos a otros, y que la próxima reunión de niños X se llevaría a cabo el día 166. Nos invitó a describir brevemente a nuestros hijos en un mensaje que luego enviaría a todos los padres, para que vayamos aprendiendo unos de otros. Escribí tres párrafos para empezar.

* * *

Cuando X-7 llegó a la casa de mi amigo Horacio, me llamó porque no entendía bien qué debía hacer. Al principio íbamos a llevarlo a un orfanato, pero luego le dije que debíamos quedarnos con el niño unos días más. Al final, nos convertimos en los padres de Horacio y no nos arrepentimos. Horacio siempre ha sido muy callado, ha tenido problemas para hablar, pero intuimos que en el fondo, no quiere hacerlo. Intentamos varias veces enseñarle a decir palabras pero en un momento se rehusó a aprender y se contentó hablando sílabas, cuando creía conveniente. Imagino que tiene varias facultades latentes que como padres todavía no hemos detectado.

A nuestro hijo le gusta mucho el baloncesto. Tiene una silla de ruedas deportiva a la que le se saca mucho provecho. Su puntería en los tiros de larga distancia es casi perfecta. Siempre hemos querido verlo jugar en un campeonato. En los primeros meses del año le gustaba mucho pintar, pero lo ha dejado de hacer. Ahora le gusta cortar moldes y crear objetos en tres dimensiones.

Creo que mi hijo tiene un don especial para comunicarse con personas que están en vísperas de despedirse del mundo. Las llena de paz y sabiduría. Sucedió con una anciana postrada en una silla de ruedas, a quien mi hijo tocó una mano, transformando su rostro como si la llenara de una buena energía, y con un niño que llamó a mi hijo "Megafón" cuando este lo visitó en el hospital. Yo le habla dejado mi tarjeta a la madre y ella me escribió un correo hace algunos días. Me dijo que las últimas semanas que pasó con su hijo, lo vio demasiado feliz, contestando a los adultos con un conocimiento tan grande que hasta parecía sentir lástima de los que nos quedábamos a seguir viviendo. Según cuenta la madre, el niño decía tener una serie de sueños muy intensos donde podía viajar a otros planetas. Sin haber estudiado libros, de repente hablaba a su familia de galaxias y constelaciones, de la relación entre las pirámides y la constelación de Orión, de mundos paralelos y la teoría de cuerdas. Su hijo decía recibir información de seres luminosos que siempre estaban pendientes de él. 

La vida de HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora