Día 128

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Diario de Marco

Hoy viernes, Ernesto apareció en el curso. Antes de que llegara tuve la extraña sensación de que otras personas observaban el salón de clases. Primero pensé en fantasmas, por su invisibilidad, pero luego descarté la idea. Eran más bien entida­des que no podían penetrar en el espacio del taller, ni física ni espiritualmente. ¿Tendrían cuerpo como nosotros? Ellos podían mirar al profesor sentado, que esperaba a los demás alumnos, a Ernesto y a mí. Podían contemplar la pizarra vacía y la forma rectangular de la mesa donde los alumnos dejaban sus cosas.

Como siempre me sucedía con este curso, podía saber qué era lo que iba a suceder en los próximos minutos. Intuí que el profesor empezaría la clase con un ejercicio, que sacaría un sobre con una imagen para luego decirnos que escribiéramos algo inspirado en ella, y así sucedió. Sabía cómo era la imagen y también el nombre del artista que la había dibujado, antes de que el profesor nos la mostrara: "Mano con esfera reflectante" de M.C. Escher.

Las personas escribían en silencio y la presencia de las otras personas observándonos era cada vez más fuerte. ¿Pero desde dónde nos observaban? ¿Son pequeños dioses y nosotros su divertimento?

"¿Quién quiere ser el primero en leer?" dijo el pro­fesor. Ernesto levantó la mano y leyó:

Todos vivimos en una esfera.

Ellos la contemplan con curiosidad. Ellos son iguales que nosotros. Nacen, crecen y mueren.

No saben lo que pasa después de la muerte ni antes de ella.

Pueden leer lo que escribo.

Pueden verme leyendo lo que escribo.

Pueden ver a cada uno de los integrantes de este curso.

Luego contemplaran imágenes seleccionadas por la misma esfera.

Las imágenes seleccionadas son una historia. La esfera fue creada para contar la historia.

Alguien afuera de la esfera hace lo mismo que yo. Pero lo que sucede aquí es diferente a lo que sucede allá.

¿Acaso ellos están dentro de otra esfera?

Estoy contando la historia que la esfera quiere que yo cuente.

¿Es mi imaginación o es real?

Por supuesto que es mi imaginación.

Pero Julio Veme imaginó un viaje a la Luna y la imaginación se convirtió en videncia.

¿Es una metáfora de algo que está sucediendo? ¿Una parábola?

Solo la esfera lo sabe.

Este mundo observado por ellos, es un reflejo de su propio mundo.

¿Cuál es el verdadero fin de esta historia? Solo la esfera lo sabe.


La vida de HoracioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora