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El sonido del despertador me obliga a moverme, aunque la cabeza de Luci sobre mi pecho y sus piernas sobre las mías me lo impide. Sin despertarla la muevo un poco y me encargo de apagar el sonido desesperante que me acaba de despertar.

Aún me quedan tres horas, y tengo que vestirme y terminar la maleta que llevaré al viaje. Mi madre no sé en dónde está pero dijo que viajaría por negocios y regresaba hoy, Melissa está encargada de los negocios desde aquí y a mi hermana mayor tengo mucho sin verla, me preocupa un poco.

—¿Por qué te despiertas tan temprano? — se queja Luci medio despierta —. Volvamos a dormir, por favor.

— No puedo Lu, tengo que viajar — la muevo hasta dejarla sobre la almohada y me levanto para ir al baño a ducharme.

El agua fría me despierta del todo, pero no quita las ganas de quedarme entre las sábanas con Lucia. Salgo para vestirme y me encuentro con una buena vista, ella boca abajo, con el culo en pompa dejándome ver su cuerpo desnudo. Sé que quiere que me quede y lo intenta así, lastima que los negocios no se cancelan ni por ella y su cuerpo.

Entro al vestidor y me coloco lo primero que encuentro, casual pero a la vez formal. De igual manera me cambiaré antes de la reunión con el dueño del local que compraremos. Ordeno en la maleta lo primordial, un traje básico juvenil, zapatos a juego y alguna que otra prenda casual. Seguramente compremos ropa estando allá dependiendo de la temperatura y todo eso.

Arrastró la maleta y me encuentro a Luci en la misma posición, y aunque lo intente no puedo resistirme a ir tras ella y besarle la espalda. Su reacción es automática, curvándose y dejando en alto su culo. Tiene un cuerpo demasiado definido y es tan suave su piel, en ese color tan adictivo. Beso sin prisa su espalda, dando pequeños toques con mi boca cerrada, y subo hasta llegar a su cuello, muerdo por encima y suelta un suspiro por la sensación.

—Ve a ducharte, te llevaré a casa — me despego de su cuerpo porque no creo poder controlarme más y ella se gira con el ceño fruncido, molesta —. No puedo retrasar el vuelo, lo sabes.

— Tienes 17 años, deberías estar aquí acostado con tu novia follandome hasta cansarte, no viajando para hacer negocios — se queja como una niña pequeña y me rio por su actitud —. No te rías, quería pasar el día contigo.

— Prometo que cuando vuelva pasaremos el día juntos. Ahora vamos que es tarde— dejó besos suaves en su mejilla para convencerla y me da una pequeña sonrisa que intenta disimular.

Al final logró convencerla de que se levante y va directo a la ducha, busco las cosas que me faltan como cargador del móvil y pasaporte para bajar y dejar las maletas en el auto.

—No traje más ropa, y no puedo salir en toalla — dice desde la puerta del baño.

—Puedes ponerte algo mío, busca en el armario — señalo la puerta del vestidor y va directo en busca de alguna prenda que le cubra el cuerpo.

Espero unos minutos a que salga mientras reviso Instagram y me quedo como un bobo viéndola salir con una camisa básica y pantalones cortos deportivos, es alta, le quedan muy bien. Incluso lleva un par de cholas que no utilizo porque no me quedan y me parece que le quedan geniales.

—Vamos, no quiero que llegues tarde por mi culpa — camina directo hacia la puerta decidida y la sigo con mi maleta.

Escucho voces a lo lejos y me extraña que Jessie esté aquí tan temprano, parece que discute con alguien y no entiendo mucho de la conversación. Pero se calla cuando nos ve bajar las escaleras y no me permite saber quién era la persona con la que hablaba por llamada.

— Buenos días cariño, es tarde, los llevaré al aeropuerto — dice seria al ver a Luci a mi lado —. Tu debes de ser Luci, un placer.

Saluda desde lejos, sin confianza pero con educación.

Vida perfecta (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora