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—¿A dónde van? — nos pregunta Mhia desde el sillón al vernos a Emmy y a mi.

—Nico me llevará al parque del otro día, ¿vienes también? — la ilusión de Emmy cuando habla con Mhia es gigante, se entienden muy bien.

—Estoy esperando a una amiga, otro día será — se disculpa la rubia y mi hermana pone puchero.

—Puede venir ella también — dice para convencerla, aún con expresión triste —. ¿Verdad que sí Nico?

Asiento divertido porque la conozco y no se quedará tranquila hasta que Mhia acepte. Y ella también lo sabe, así que suspira, teclea algo en su móvil y acepta.

—Voy a cambiarme, ¿me esperan? — pregunta subiendo las escaleras y Emmy le responde que sí.

—¿Hoy no viene tu novia verdad? — pregunta curiosa viéndome desde su altura —. No me cae bien.

—A ti casi nadie te cae bien enana — me rio de su actitud, actúa como una niña grande pero sigue siendo una bebe —. Y no, no viene.

Llamé a Luci al salir de clases para comentarle si quería acompañarnos y su respuesta fue "tengo ensayo, no puedo". Así que no le voy a insistir, es su trabajo y lo que más le gusta. Así como ella no interfiere en el mío yo tampoco en el de ella.

—Niño Nicolás, la amiga de la niña Mhia ha llegado — entra Marie para informarme de la llegada de Adara supongo.

—Déjala pasar Marie, muchas gracias — le doy una sonrisa de boca cerrada y ella asiente regresando a la puerta.

Aún me estresa que me digan señor, niño o señorito, pero no encuentro la forma de que deje de llamarme así.

Escucho a mis espaldas los pasos de alguien, Emmy está concentrada hablando con su niñera sobre dibujos y yo me giro un poco para ver a la persona que se acerca.

Con el uniforme no pude fijarme del todo en Adara, pero ahora que viene vestida casual con pantalones mom, un top y una chaqueta corta, puedo admirarla mejor. No soy asqueroso ni mal educado, todo lo contrario, intento disimular a medida que camina, pero es obvio que siente mi mirada porque levanta su vista y se enfoca en mí. Mirándonos fijamente a los ojos, sin bajar la mirada en ningún momento.

Mí garganta se seca con solo verla, tensándome por esa extraña sensación de querer acercarme, más aún que la he visto por completo y no puedo borrarme de la cabeza las proporciones de su cuerpo, su piel blanca como la nieve, contrastada con su pelo largo y cobrizo. Es una fantasía para cualquiera que la ve así, como ver a la diosa Freya venir hacia ti.

Aparto la mirada al captar la voz de mi pequeña hermana, es desconfiada con los desconocidos.

—¿Tu eres la amiga de Mhia? — le pregunta directamente a la pelirroja y esta asiente sin sonrisa ni intentos de agradar —¿Cómo te llamas?

—Adara — responde simple, pero se da cuenta de que no es respuesta suficiente para mi hermana —. Tu debes de ser Emmy.

— Siento haber tardado, no encontraba mi móvil — se disculpa Mhia corriendo hacia nosotros, pero se sorprende de que estemos tan relajados —. Pensé que estarías echando humo por tardar o algo.

—Te dije que te esperaría, no sé qué te sorprende — le respondo con una sonrisa burlona por su confusión —. Soy obstinado Mhia, pero no un ogro.

—Serias un ogro muy guapo — me sigue el juego y me rio un poco.

—Lo sé — le guiño el ojo para darle más fuerza a mi personaje y ella se ríe a carcajadas.

Vida perfecta (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora