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Mi hermana cumple años mañana, el problema, nadie sabe nada de ella. Después del viaje desapareció. No del todo, porque se sigue comunicando con todos y sigue trabajando, pero no se ha vuelvo a aparecer por casa y su marido tampoco.

—No puedes organizar una fiesta de cumpleaños si el cumpleañero está desaparecido — digo en voz alta lo que pienso y mi madre me mira muy mal —. Nadie la ha visto desde que llegamos de Grecia.

— Vendrá, eso seguro — responde tranquila, supongo que ella sabe en dónde está porque no está histérica —. Así que ayúdenme a prepararle una cena y luego vamos al club de copas.

—No creo que quiera hablar conmigo — admito un poco triste, aunque hablamos en el avión, no sé nada de ella —. Igual la llamaré luego. Emmy vamos, Luci nos espera.

Mi pequeña hermana se baja de su silla y da la vuelta dando saltos. Mi madre se queda bebiendo café y el resto comiendo.

Luci quiere conocer mejor a Em y ella encantada de que la lleven de paseo o de compras. Así que viene con mucha ilusión, pocas veces sale por seguridad y cuando es así se divierte al máximo, sabe aprovechar las cosas.

—¿A dónde quieres ir pequeña?— le pregunto subiéndola al auto para irnos.

—Quiero ir a comer un helado, y a comprarle un regalo a Cami, y quiero un peluche nuevo, ¿podemos ir a un parque y lo ganas como en las pelis?

—Claro, primero buscamos a Luci y luego vamos al parque para ganar ese peluche — me siento a su lado y Ernesto conduce con Mercedes a su lado —. ¿Qué regalo le quieres comprar a Cami?

—¿Crees que le gustará si le compro un collar?

—Creo que le gustará mucho — soy sincero, Camila adora esas cosas y más si se lo regala Em.

Minutos después Ernesto se detiene frente al edificio de Luci, ella está fuera, esperando en la entrada. Viste casual, pantalones vaqueros y un top de tirantes, pero se ve  guapa, como si llevara un vestido y tacones. Se sube a mi lado y me da un pequeño beso como saludo.

—Hola Em, que guapa estás — saluda a mi hermana que la ve un poco raro —. ¿A dónde iremos?

—Vamos a ir al parque y Nico va a ganar un peluche para mí — responde borde, parece que no le cae del todo bien —. Y le compraremos un collar a mi hermana por su cumpleaños.

—Me parece un plan genial — sonríe sin darle importancia a la actitud de Em —. ¿Ganarás un peluche para mi también?

—Por supuesto que sí — respondo con una sonrisa —. Todo sea por mis dos chicas.

—Creía que tenías tres — comenta con ironía y mi cara expresa un, ¿qué?—. Digo, no estás contando a Mhia.

— Cierto, pero ellas son mis niñas, mis hermanas — aclaro la situación porque no me gusto su comentario tan irónico —. Tú eres mi chica, mi novia, mía y solo mía.

Su rostro se ilumina al escucharme y con eso me siento satisfecho, es perfecta.

— No me has contado qué tal fue el viaje, regresaron antes de lo que pensaba — busca tema de conversación y aunque no me gusta hablar de los negocios, me inspira confianza.

—No tuvimos que quedarnos más tiempo porque el diseñador encargado sabe lo que hace y facilita las cosas — comento muy por encima para no detallar lo que no debe saber —. Estuvo bien, Múnich es una ciudad muy bonita.

Vida perfecta (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora