36

2 0 0
                                    

Aterrizar en Barcelona es maravilloso. Es una ciudad preciosa con un encanto enigmático. La reunión será mañana, así que quiero recorrer un poco por lo que queda de día.

Durante el viaje ninguno habló. Mhia se encerró en la habitación y Tiago y yo nos mantuvimos metidos en nuestros propios pensamientos. Sé que tenía razón, en todo, pero también sé que no lo puedo evitar.

No me molesto en cambiarme porque me da igual, solo quiero salir y despejarme un poco. Busco mis cosas personales y salgo dispuesto a conocer un poco más de la famosa ciudad.

Aprovecho y llamo a la abuela, al saber que vendríamos nos aseguró que estaría aquí para acompañarnos y darnos amor. Por problemas de salud no puede viajar distancias muy largas, cosa que nos pone tristes a todos.

—Hola nana, ¿qué tal estás? — saludo al escucharla al otro lado de la línea.

—Estoy llegando al hotel cariño, ¿esperas a que llegue y luego vamos a tomar algo?— sonrío feliz de saber que casi llega.

—Perfecto, te espero nana — cuelgo la llamada y les mando un mensaje a los chicos.

Por muy enfadados que estemos, la llegada de la abuela será de ayuda. Los tres la adoramos, y eso no se puede evitar ni cambiar por una discusión. Ella fue de las más felices al saber que Mhia formaría parte de la familia, cuando la conoció la hizo parte de todo, así como con mis hermanas y yo.

Mensaje para 'todo ok' :
«La abuela está a nada de llegar y quiere que vayamos a tomar algo»

Mensaje para 'todo ok' :
«¿tregua?»

Espero paciente su respuesta y sonrío al recibirla.

Mensaje de Tiago para 'todo ok':
«Nos vemos abajo en cinco»

Mensaje de Mhia para 'todo ok':
«Que emoción, ya quería verla»

Salgo de mi habitación en el hotel de mi madre y me subo al ascensor para bajar. Mhia corre para subirse también y detengo el cierre de las puertas, no tarda en llegar Tiago y bajamos los tres juntos.

No hay tensión ni molestia, y eso me gusta.

—Ay que alegría — exclama Mhia con mucha emoción, se baja del ascensor y da una pequeña vuelta —, quiero verla ya ya ya.

—Pues ahí la tienes — la abuela entra al hotel con un escolta que la ayuda con su equipaje y no tarda en ubicarnos por el revuelo de Mhia.

Sonríe abiertamente y algunas arrugas se hacen ver en sus ojos que se achinan con la alegría. Mhia corre y la abraza con fuerza, Tiago y yo esperamos para no agobiarla ni dañar la felicidad de la rubia.

—Siento mucho lo de antes, no sé qué me pasa últimamente — digo con la mirada al frente, apenado —. Ambos tienen razón y me he dado cuenta a tiempo.

—Yo también lo siento — me mira un momento y vuelve a fijarse en el par de mujeres que caminan hacia nosotros entre risas —. Pero no retiro nada de lo que dije... solo por aclarar.

—No te preocupes, no hará falta — le sonrío con sinceridad.

Lo pensé mucho estando en el avión. Últimamente me comporto como un animal, solo reacciono y me impulso por la ira. He dejado de entrenar y eso afecta mi control, también me di cuenta que desde que sucedió lo del juicio vivo con miedo de todo y de todos. Y sobretodo que estar con Lucia me ha vuelto más cuidadoso.

Mhia me dijo que le caía mal por el simple hecho de tener celos de ella y preguntar más de lo que debe. Y con el paso de los días me di cuenta de que es cierto, tanto ella como Mel tienen razón en cuando a mi novia y no sé qué hacer con respecto a eso.

Vida perfecta (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora