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—Te quedaste — digo cerca de ella, en un susurro, pensé que se iría después de todo —. Lo siento mucho, antes me excedí...

—Me quedé porque quiero que me cuentes lo que ha pasado antes de hoy para entender tu reacción sin relacionarla con ella — suspira evitando mi mirada y eso me pone incómodo —. Quiero dejar de imaginar cosas que no pasan, porque ya me dejaste claro que con ella no pasa nada.

—¿De verdad estás celosa de ella? — pregunto divertido, se me hace extraño esa reacción.

—Nic, algunas veces duermes con ella, vives con ella, la defiendes como una fiera, la proteges y cuidas ante todo, viajan juntos... — se toma su tiempo para hablar y no la presiono —, parece ella tu novia y no yo, por eso me molesté.

—Que la quiera y la proteja no significa que parezca más mi novia que tú — respondo irónico, sigo sin creer que piense eso —, te intento demostrar que la única que me interesa de esa forma, eres tú.

—Espero no decepcionarme Nic, porque de verdad quiero que esto funcione — me mira con los ojos rojos, seria y a la vez cansada —¿Puedes llevarme a casa? No me siento bien.

— Vamos — agarro su mano dispuesto a llevarla a su casa, pero mi madre no me lo permite.

—A esta hora no vas a salir y conducir como si nada — deja su copa a un lado del sillón en la mesilla y camina despacio hasta nosotros —. Vamos, yo te llevo.

—No es necesario ma, puede conducir Ernesto — intento convencerla, pero está decidida. Finge una sonrisa y me da una caricia en el rostro.

—No me molesta llevar a la novia de mi hijo — responde con un aire irónico que noto al instante, pero Lu está que muere de vergüenza —. Ve y has que tu hermana se divierta.

Miro a Luci y asiente con la cabeza, no quiere discutir. Me siento mal por no llevarla, pero sé que con Jessie no se puede discutir ni llevarle la contraria porque es peor.

La beso despacio para despedirme y me corresponde sin problema. Quisiera que se quede, pero no la presionaré después de todo lo de hoy.

—Avísame cuando llegues — me separo y la miro fijamente porque no quiero que tenga dudas de nada —. Y recuerda que no tienes nada de que preocuparte.

—¿Nos vemos mañana? — pregunta en un hilo de voz.

—Te aviso para pasarte a buscar — asiento con una sonrisa que me devuelve sin pensarlo —. Así te ves más guapa, sonriendo.

Mi madre va más adelantada y Luci la sigue tras darme otro beso corto. Las observo caminar una al lado de la otra y sonrío satisfecho. Al menos mi madre lo está intentando, y ella quiso quedarse a pesar de mi actitud terrible de hoy.

Escucho risas a mis espaldas y me giro para unirme a ellos. El ambiente volvió a lo de antes gracias a los chistes y chupitos de Sam. Sus ojos brillan por el alcohol y no puedo imaginarla llorando o triste, pero sé que por dentro está rota.

—Me estoy planteando quitarle el apodo de amargado a Josep y ponértelo a ti — comenta la tía cuando me siento en el mueble con ellos —, porque Dios, eres peor que él y Tiago juntos.

—¿Que yo que? — pregunta mi primo acercándose serio.

—Nada cariño, que te queremos mucho — responde lanzándole un beso volado.

— Soy serio, no amargado — me defiendo y Tiago dice un simple 'ah' entendiendo de qué hablaba Sam —. Y me adoran así como soy.

—Imposible no adorarte — dice pellizcándome la pierna a la vez que ríe —. Si quisiera que alguien me cuidara, ese serías tu.

Vida perfecta (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora