Vida perfecta (III)

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La gente enloquece y no avisa.

Otra sorpresa de la noche es saber que mi madre a diferencia de otras veces, no nos restringe el uso del móvil ni redes. Supongo que tiene que ver con la publicidad de los cantantes.

A eso de las diez, luego de cenar todos tranquilos. Comienza nuestro show privado. Es más divertido de lo que esperaba, el ambiente se siente tranquilo, a pesar de la falta de confianza, en fin, efectos del alcohol.

Un equipo de catering que ha contratado Sam camina de un lado a otro con bandejas repletas de copas diferentes que preparan en el bar de la terraza. Sin necesidad de una tarima, todos cantamos y bailamos al ritmo de la música que Nelson y los otros dos cantan con el sonido de fondo.

Es obvio que esto va apara todas las historias de Instagram, incluso ellos graban a la vez que cantan cerca de nosotros.

Puedo decir que incluso me agrada la situación, quizá porque el alcohol se apodera de mis sentidos o porque no sé, solo me gusta y quiero dejar de pensar en todo.

Mhia me abraza a la vez que canta para sus historias de Instagram y mi sonrisa crece, me gusta verla feliz. Melissa se une al vídeo y nos abrazamos a la vez que cantamos, Tiago enfrente de nosotras baila un poco más discreto, pero disfruta, así que es obvio que fue capturado también en vídeo, son cosas que no suceden siempre.

Nos acercamos más a los cantantes porque queremos y podemos, hay suficiente espacio. Algunos son más discretos a la hora de bailar y soltarse cantando, pero otros como Sam, Gabriela y Mhia están eufóricas. Melissa intenta disimular que quiere sorprender, pero es muy obvia, se mueve muy provocativa y finge que ignora a Nelson. Emilia como era de esperarse vuelve a caer con Adonai, llevan en ese va y ven mucho tiempo y nadie lo entiende.

¿Mi hermana? Aún no aparece, supongo que estará alimentando a sus hijos antes de venir, sí es que se digna a aparecer.

— ¡Nicolás! — grita a mis espaldas una chica, creo que es la modelo con la que fui a la fiesta del club, Luci —. Cuanto tiempo sin verte.

— Es agradable verte por aquí — respondo entre gritos para que me escuche, y ambos sonreímos a la vez que bebemos de nuestras copas.

— Quizá luego te interese tomarte una copa conmigo un poco más alejados, para tener privacidad y eso — propone de la nada y me giro un poco para verla, es guapa, demasiado.

Piel muy morena, cabello negro y rizado, ojos tan oscuros que parecen negros. Es mayor que yo, pero no parece importarle, después de todo aparento más de la edad que tengo.

— Luego te busco para conversar un poco — acepto con una sonrisa de satisfacción y me muevo hasta llegar junto a mis amigos otra vez.

—¿De qué hablabas con esa chica? Se les veía muy cómodos — pregunta Melissa curiosa, aunque sé que no le interesa.

—Es una conocida, me preguntaba sobre el viaje — miento, ella lo sabe pero no le molesta —. ¿Cuando piensas hablarle?

— No le hablaré, solo disfruto de su música, es bueno — intenta mentirme con tanto descaro que reímos al instante —. La verdad espero que me hable él primero, pero me da igual.

Dejamos de hablar para cantar la nueva canción, una que de verdad es muy buena y pegadiza. Está la cantan el par de raperos, inspirados en seguir con su canción, mientras que Nelson se une a nuestro grupo entre risas y conversa con Sam y Gabriela, pero las miradas van hacia Melissa.

Minutos después, dejan de cantar. Y comienza el toque de los set. Sin ser tan bruscas cambian la melodía, empiezan suave, entrando en ambiente.

Apenas comienza a surgir esa sensación de querer más, pasa por nuestro lado una chica muy bien vestida con una bandeja más grande que las otras, sobre ella reposan algunos móviles. Continúa de un lado al otro recogiendo todo dispositivo electrónico y se va cuando queda repleta.