Vida perfecta (III)

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Mi madre no pierde tiempo, sin importar las largas horas de viaje y el estado de todos, se va a su despacho según porque en dos horas nos quiere de uno en uno ahí.

Aprovecho para ayudar a Mhia a instalarse en casa, ahora quiero estar con ella y recordarle que está también es su casa.

— Nada nuevo, ya te has quedado antes, puedes decorarla como quieras, ya lo vamos viendo — entramos juntos con sus maletas, me mira nerviosa y sonríe para disimular —. No eres una molestia, no hay cambio de planes y ni te atrevas a pedir disculpas por nada.

— Es que... Nic, no sé cómo agradecerte a ti y a tu madre tanta ayuda, porque me han salvado la vida, sobretodo tú y Ti, y es un poco difícil de asimilar...

— ¡Eh mírame!— exclamo tan rápido como veo las lágrimas caer por sus mejillas —. Estás a salvo, siempre te voy a proteger y jamás permitiré que te vuelvan a tocar sin tu permiso, muchísimo menos para maltratarte.

— No me abandones nunca Nic, porque eso sería morir en vida, solo eso te pido por favor — me abraza con fuerza y llora sobre mi hombro.

Sus palabras me han causado tanto sentimiento que siento un nudo en la garganta que va creciendo. Aprieto más su cuerpo contra el mío para darle más fuerza al abrazo, pero no es suficiente para calmar mis ganas de meterla en una burbuja y asegurarme de que ahí no le sucederá nada.

— Ahora, deja las maletas por encima, dúchate y nos vemos abajo para hablar con mi madre, es mejor salir de esto ahora — la separo un poco para mirarla a los ojos. Con su rostro un poco hinchado y los ojos rojos y llorosos —. Estoy en mi habitación cualquier cosa que necesites.

Me separo del todo y ella asiente con la cabeza, más tranquila. Salgo de su habitación para ir hasta la mía porque necesito relajarme bajo la ducha y enfriar mis pensamientos para no dañar el plan.

Un mensaje entrante en mi móvil que reposa sobre la cama interrumpe mi camino hacia el baño.

Mensaje de Luci Lu:
«¿Ya llegaste?»

Antes de que pueda responder llega otro mensaje, así que dejo a medias mi repuesta.

Mensaje de Luci Lu:
«Quiero verte, avísame y nos encontramos en algún lugar»

Pienso un poco mi respuesta porque de verdad quiero dar una buena impresión, esta vez no quiero dañarlo todo.

Respuesta de Nicolás:
«Llegamos hace poco, estoy muerto»

Respuesta de Nicolás:
«¿Te parece si mañana nos vemos en el club de equitación? Seguro te gusta»

Con una sonrisa gigante no pierdo más tiempo y me ducho, es que me siento tan enérgico y nervioso a la vez. Es preciosa, inteligente, independiente, sabe expresarse y debatir, no es básica como muchos creen y me sorprende con muchas de sus creencias.

Es todo nuevo para mi, un chico que hasta ahora ha tenido lo que siempre quiso, al menos desde que vivo aquí. Pero ella me inspira todo lo contrario que con el resto, y es extraño y diferente.

No tardo más de diez minutos en la ducha porque era solo para refrescarme y terminar con mi resaca del todo. Me visto con pantalones cortos deportivos y una camisa básica para no ir medio desnudo. Miro la hora y no me sorprende que haya pasado tan rápido, entre hablar con Mhia y entretenerme con Luci, el tiempo vuela.

Bajo hasta el salón a ver si encuentro a alguien, y en efecto, están Mhia y Melissa conversando muy divertidas mientras ven algo en sus móviles.

—¿De qué se ríen? — pregunto de la nada y ambas se sobresaltan un poco —. Oh, que pena se han asustado.