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Salimos del museo donde fue el desfile y nos subimos en la camioneta para ir al club del que hablaron los chicos. Siento una ligera emoción de compartir con ellos otra vez, a pesar de que son los amigos de mi hermana, siempre han sido muy divertidos y leales, permaneciendo a su lado a pesar de todo.

—¿Por qué la tal Emilia se fue cuando nombraste al chico ese?— pregunta curiosa mi chica mirando por la ventanilla.

—Adonai es el mejor amigo de Camila, fue él con quien trabajó antes de ser adoptada y con quien ahora tiene una sociedad — le explico mirando en mi móvil la ubicación —. En la fiesta de los 18 de Camila, se conocieron todos, incluyendo Isaac que ahora es su prometido y padre de sus hijos — dejo el móvil de lado y me centro en mi chica que me mira interesada —. Emilia, Adonai y Roger tuvieron unas vacaciones moviditas que continuaron por mucho tiempo.

—¿Tenían una relación los tres?— pregunta asombrada.

—Una relación no. Emilia se obsesionó con Adonai, pero él a quien quería era a Roger y pues, eso ocasionó muchos problemas — Tiago termina la historia y nos mira sin creerlo —. Adonai tuvo un accidente hace más de un año en el que murió su hermana y casi queda inválido y desde entonces no lo hemos visto.

—Por eso se fue así tan molesta... — comenta quizá apenada.

—No. Emilia siempre ha sido caprichosa y cuando algo no sale como quiere se ofende y se va. De hecho es la que menos tiempo pasa con mi hermana por eso, no acepta que Camila tiene una familia, un trabajo y responsabilidades y no quiere estar de fiesta día y noche — mi tono es serio, mi mirada también, no me da pena —. Su actitud hacia a ti fue para demostrar que es superior a alguien, no por una molestia real.

—No sé, ahora seré razón de problemas — se mueve incomoda, pero es Mhia quien la mira mal.

—Siempre eres razón de problemas Ady — bromea fingiendo seriedad y le saca una sonrisa —,¿cuándo te ha importado?

—También es cierto — se ríe negando más relajada.

El camino hacia el club es corto, cerca del museo y del hotel, en la zona céntrica y de la alta sociedad de New York. El auto se detiene en la entrada principal del club y nos bajamos yendo directos a la entrada. Escucho un par de autos más acercándose y me giro para ver cómo bajan el resto.

Entramos yendo directo a una mesa privada, es un sitio tranquilo, con la música alta pero sin aturdir, con varias mesas de juegos y zonas separadas cubiertas por puertas de cristal polarizado. Nos sentamos en un sitio amplio con muchos sillones alrededor de una mesa con dos pipas de agua. Minutos después llegan los demás, animados conversando de algo, incluyendo a Emilia que se había largado molesta.

—Una ronda de chupitos por favor — pide Gabriela nada más sentarse.

Mi mirada va directo a Mhia quien recibe el chupito con gusto y se lo bebe sin problema. Me preocupa que las bebidas interfieran con la medicación.

—¿Vas a seguir bebiendo?— cuestiona Tiago un poco preocupado, pero con un tono de molestia.

—¿Por qué no?— pregunta divertida, pero al ver la seriedad de Tiago, se mueve incomoda —. Solo quiero divertirme.

—Yo no puedo beber más — comenta Adara con una mueca de asco después de beberse su chupito.

—Vi que estuvieron tres días de fiesta — dice Cami bebiendo un vaso de agua.

—Una pésima decisión — responden a la vez los tres y todos nos reímos.

Uno de los gemelos enciende las pipas de agua y ofrece para fumar a todos. Adara lo rechaza, pero el resto fumamos un poco.

Vida perfecta (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora