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—Bueno, entonces decidido — Tiago apunta algo en su tablet y repasa el resto —, la temática será de los años 50, los dj están confirmados. Será en la mansión del Este y las entradas saldrán desde hoy.

—Creo que deberíamos posponerla unos días — comenta Mhia comiendo gominolas —, mucha gente dejará de asistir por lo improvisado que es todo. Encontrar la vestimenta, incluso para nosotros será complicado decorar...

—Es cierto, mejor la posponemos para la semana que viene — concuerdo con Mhia —. Aunque la semana que viene me voy con Camila a los desfiles.

—Puedes ir después, son varios desfiles, uno diario, no pasará nada porque te pierdas un par —Tiago me mira serio, no me queda de otra más que aceptar.

—¿Por qué tantas maletas?—Mhia ojea curiosa mi habitación, Tiago me mira al instante y ella lo nota —¿Te vas?

—Me iré al Penthouse que compré — abre los ojos y alza las cejas con sorpresa.

—¿Pero por qué? ¿Discutiste con tú madre de nuevo?

—Sí y no — me mira confundida —. Jessie quiere controlarme como si fuera su empleado y no su hijo, eso me tiene cansado. Pero también hay otras razones para irme.

—¿Cómo cuáles?— se ve afectada, intenta disimularlo, pero se muerde el labio conteniéndose y aprieta con fuerza sus manos.

—Viviré con Adara — su rostro pierde color, separa sus manos y suelta su labio, pero no responde —, preferimos irnos a un sitio nuevo en vez de quedarnos en su casa o aquí... más cómodo para nosotros.

—¿Me vas a dejar?— su voz sale entrecortada, sus ojos cubiertos por las lágrimas —. Dijiste que nunca me dejarías sola... pero es justo lo que haces...

Pienso bien antes de hablar porque una mala frase puede causar un colapso en todo su avance.

—No pienses eso — me acerco para agarrar sus manos, dándole seguridad —. No te estoy dejando de lado, tampoco me voy a alejar o quiero abandonarte.

—Eso es justo lo que haces...

—No Mhia. Lo que Nicolás hace es seguir con su vida — mi primo aún de pie me ayuda con la rubia —. Quiere estabilidad, algo más serio con Adara, una vida lejos de los problemas que surgen en esta casa...

—No lo defiendas, los dos me abandonan, se olvidan de mi existencia, me dejan de lado como un estorbo — alza la voz molesta.

—¿De verdad crees todo eso?— alzo una ceja retándola porque no pienso caer en su juego —. Me parece increíble Mhia, que después de todo, pienses que te abandonamos.

—Eso estás haciendo — me señala con un tono ahogado —. Me dejas aquí sola por irte con ella...

—¿Entonces tengo que quedarme a tu lado día y noche para toda la vida? Solo así dejarás de pensar lo peor de mí y de él, solo así estarás satisfecha — se aleja como si mis palabras fueran un golpe duro —. Dime Mhia,¿eso es lo que quieres?

—Quiero que se queden a mi lado porque son lo único que tengo, los únicos que siempre me cuidarán y apoyarán —intenta chantajearnos.

—Eso no cambia porque cada uno esté en una casa diferente — respondo manteniendo la calma —. Es momento de que salgas al mundo de nuevo, que vayas a clase, que planees las cosas con nosotros para los clubes, que vivas de nuevo Mhia, porque no puedes quedarte toda la vida encerrada con miedo.

—¿No entiendes que no puedo?— se limpia con fuerza las lágrimas que caen por sus mejillas —. Prometiste nunca abandonarme.

—Y lo cumpliré — intento agarrarla, pero se aleja.

Vida perfecta (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora