Capítulo 7

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El debut de Lady White

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El apresurado proceso de "refinamiento" de Candy, llegó a su fin con la selección del vestido que usaría en la fiesta de presentación formal en el palacio real. Bárbara observó el vestido de Candy con mirada perspicaz. Aunque la condesa Amery siguió con precisión la tradición de seleccionar el blanco puro para la debutante, el escote era demasiado profundo.

«Cuando se incline para hacer una reverencia se le verá todo», pensó mientras veía el vestido exhibido en el maniquí. Era un evento apropiado en el que Candy haría su primera aparición formal como la hija del vizconde White, pero... ¿estaría bien aparecer mostrando la mitad de sus hombros y senos frente a todos?

«Cómo sea, eso no debería importarme», murmuró Bárbara en un suspiro y se reclinó en el sillón. De todos modos fue la condesa Amery quien sugirió tal vestido, la mujer decía que con un vestido puro, modesto y ordinario, Candy sería invisible entre la multitud jóvenes debidamente vestidas.

«¡Ya tiene veinte años! ¡Si se pone un vestido apropiado para una debutante de quince años, sería totalmente ridículo!», con este pensamiento en mente, Bárbara White calmó su ira y no refutó la elección de Sonia Amery.

Cada primavera, las chicas de las familias nobles de Farisfren hacían su debut social a la tiCandy edad de quince años en el baile real, aunque a veces algunas de esas chicas se retrasaban alrededor de un año debido a razones personales. Probablemente Candy sería la primera debutante en hacer su aparición formal tan tarde, por eso estaban pensando en presentar una excusa "razonable" que explicara el porqué su entrada tardía. Habían pensado en decir que la chica había estado viviendo en el campo debido a su enfermedad, pero era difícil que alguien creyera eso, así que lo mejor era hacerla sobresalir de alguna manera.

El vestido blanco como la nieve con escote bajo, mangas abullonadas que cubrían ligeramente los hombros y una falda voluminosa definitivamente la haría destacar. El dobladillo de la falda estaba ligeramente teñido con un color rosa claro, ese ligero toque de color hacía que el vestido emulara la imagen de una flor que habría sus petalos, sin embargo, no era un vestido lo suficientemente apropiado para una hija proveniente de una familia noble sin importar cómo se mirara, pero el vizconde White, que era demasiado ambicioso y vil como para incluso vender a su propia hija por dinero, no le importaba en lo más minimo el riego que podía significar eso para la reputación de Candy.

Bárbara endureció su corazón y tocó la campanilla, segundos después entró una sirvienta junto con Lisa.

—Tengo un trabajo para ti relacionado con Candice del que debes responsabilizarte. ¿Puedes hacerlo? —preguntó mirando a la doncella de su hijastra.

—¡Sí, señora! ¡Puede dejármelo a mí! —respondió Lisa, ocultando su nerviosismo.

—Excelente —dijo Bárbara con sonrisa sarcástica, se levantó y caminó hacia la criada—. Ve y viste a Candy con este vestido. ¡Si no sacas a esa chica con este atuendo antes de la hora indicada, serás despedida!


***

William De Ardley despertó más temprano que de costumbre, lo cual fue un suceso muy raro que extrañó a todos en el palacio de Surwhich.

—¡Qué agradable sorpresa, príncipe! Gracias a usted, los sirvientes de la residencia no serán reprendidos por su majestad el rey —dijo la señora Morris halagando a William mientras lo veía salir del baño, su tono era sincero pero burlón, y su rostro, que rara vez mostraba alguna emoción, expuso una corta de sonrisa.

FLOR VENDIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora