Cara o cruz
━━━━ ❈ ━━━━
Se apoyó en el marco de la ventana. Estaba cansada, todo su cuerpo estaba cansado. Presionó las palmas de las manos en sus ojos húmedos y trató de alejar la tristeza que moraba allí.
El médico le dijo que su abuela necesitaba mucho descanso y estabilidad. Candy no sabía cómo le iba a contar todo lo sucedido. Todavía era bastante inmadura cuando se trataba de manejar asuntos tan serios. Decidió no decírselo todavía, dejar que siguiera mirándola como si fuera su ingenua nieta.
Pensó en su abuelo. Había muerto de un infarto y fue encontrado en el suelo del estudio. Cuando recibió la noticia de que su abuela había sido llevada al hospital luego de que colapsara en el suelo, corrió lo más rápido que pudo. Cuando llegó allí, apenas podía respirar, su pecho se sentía pesado y caliente.
Si no hubieran estado en medio de la ciudad, o si el corazón de la abuela estuviera un poco más débil, no lo habría logrado. De repente se sintió tan sola y se echó a llorar.
Volvió a presionarse los ojos con las palmas de las manos y trató de reprimir las lágrimas. No era bueno caer en la autocompasión ahora, tenía que ser fuerte.
Solo debía esperar a que la abuela se recuperáse lo suficiente como para que pudiera viajar y luego pudieran regresar juntas a Bertford. Necesitaba alejarse de la ciudad, y con el dinero que Abel le había dado, podría alquilar un lugar bonito, un lugar tranquilo, un algún lugar donde pudiera empezar de nuevo.
—Reposo absoluto —dijo el doctor, asegurándose de que Candy entendiera.
Su voz la trajo de regreso a la habitación y miró su reflejo en la ventana. ¿Podía existir una estabilidad absoluta en este lugar?
—Sí, entiendo. —Candy tartamudeó.
—Bien —dijo el médico y dejó a Candy sola con su abuela.
Seguramente sería un gran lío mudar a su abuela de la mansión Bertford, pero ¿qué más se podía hacer? Ya no había forma de proteger la propiedad. ¿Debería haber aceptado la propuesta de Adan Lanyer?
Cuando pensó que sería la forma más fácil, se volvió aún más miserable. Permaneció junto a la ventana como una estatua hasta bien entrada la noche. El pasillo fuera de la habitación, que había estado lleno de visitantes toda la tarde, se había quedado en silencio. Podía ver su reflejo en el cristal, su maquillaje estropeado por las lágrimas.
Trató de arreglarlo, no era tan bueno como lo que Lisa podía hacer, pero al menos se veía presentable. Dejó escapar un suspiro lento y reprimió el impulso de limpiarse el maquillaje. Puso una sonrisa falsa y regresó a junto a su abuela.
***
Candice, Candice, Candice.
Durante todo el verano, pareció ser el único nombre que alguien mencionaba. Aquí, allá y en todas partes, todo el mundo hablaba de ella. Dentro de los modestos salones de baile y en los salones de cigarros más humildes. Era una locura.
El nombre era como tinnitus en los oídos de William. Apoyó la barbilla en su puño y se quedó mirando el delgado rayo de luz que se asomaba a través de las cortinas en el otro extremo de la habitación.

ESTÁS LEYENDO
FLOR VENDIDA
Storie d'amoreLady Candice es lanzada al mercado matrimonial tras ser engañada con la promesa de que si accedía a ser una debutante, podría conservar la propiedad de sus abuelos, los barones de Lanyer, quienes estaban en una precaria situación financiera. El prí...