118) ¿Cambio de roles?

826 52 14
                                    

Prohibida la copia total, parcial o adaptación (Seamos respetuosas con el trabajo ajeno).

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani


Cuatro meses después

Me removí inquieto en la cama. Una enorme sensación de incomodidad y molestia inundaban cada parte de mi cuerpo.

Abrí los ojos con pereza y observé hacia la ventana verificando que aún era de noche.

Con cansancio, tallé mis ojos con el puño y luego llevé mi mano hacia el abdomen. No sé por qué, pero me sentía extremadamente hinchado, como si hubiera comido en exceso.

Cuando mis dedos tocaron mi vientre, abrí los ojos de par en par, completamente alarmado.

— ¿Qué demonios es esto? —pensé enderezándome sobre la cama.

Aturdido, encendí la luz de la mesita de noche... Y lo que vi, hizo que un enorme grito de espanto saliera de mis labios.

Feriha se despertó asustada y me preguntó qué me ocurría, pero yo no podía prestarle atención a otra cosa que no fuera mi vientre.

¿Cómo había ocurrido? ¡No lo entendía! Mi abdomen, que un día atrás estaba perfectamente plano, lucia inmensamente abultado como si me hubiera comido un balón de futbol.

—Es imposible —susurré en shock.

—Emir, ¿qué ocurre? —preguntó mi esposa por tercera o cuarta vez—. ¿Te sientes bien?

— ¡Feriha, qué es esto! —le dije señalándome la panza.

Ella parpadeó confundida intentando comprender mis palabras.

— ¡Como pasó esto, no lo entiendo!

—Amor... creo que tuviste una pesadilla —habló pasando su pequeña mano por mi frente—. Estas muy sudado.

Aturdido, me puse de pie y me dirigí al baño para mirarme de cuerpo completo frente al espejo.

Feriha me siguió preocupada.

—Es un horror —susurré entrando en pánico y sintiendo que en cualquier momento me daría un infarto.

—Cariño, ¿qué te ocurre? Me estás asustando.

—Feriha, ¡¿es en serio?! —le grité completamente desesperado—. ¡¿Qué no lo estás viendo?! ¡Pa-parezco un globo! ¡Cómo demonios sucedió esto!

Mi esposa puso los brazos en jarra y me miró con el ceño fruncido.

—No digas tonterías, Emir. Estás embarazado, es normal que tu vientre esté así.

Sus palabras fueron totalmente devastadoras.

Si no fuera porque lo estaba viendo con mis propios ojos y experimentándolo en mi propio cuerpo, habría pensado que se trataba de una broma de pésimo gusto.

—Pe-pero... ¿co-cómo puede ser? —pregunté con dificultad. No podía hilvanar las palabras.

Feriha puso los ojos en blanco.

—Allah... ¿Es en serio, Emir?

Yo la miré a los ojos y luego lentamente bajé mi visión hacia su vientre plano y perfecto.

Amor sin Final (Femir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora