Amor sin Final (Femir)

98) Primer aniversario "Parte 1"

Prohibida la copia total, parcial o adaptación (Seamos respetuosos con el trabajo ajeno).

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani

Aysun se marchó de la casa llevando a Hakan en brazos. Entonces, Emir cerró la puerta y giró la cabeza mirando a su esposa con una enorme sonrisa.

—Muy bien, señora Sarrafoğlu, ¿está lista para su sorpresa?

Ella le devolvió el gesto llena de ilusión.

— ¿De verdad no me dirás a dónde iremos?

—Sabes perfectamente que no.

Feriha hizo un puchero y se cruzó de brazos, sabía que aunque insistiera Emir no le diría nada.

—Está bien —aceptó resignada—. Entonces, iré a cambiarme.

La chica caminó hacia las escaleras, hasta que de manera repentina, detuvo sus pasos.

— ¿Qué me pongo? —preguntó llena de dudas.

Emir la miró confundido y ella se explicó.

—No sé a dónde iremos por lo tanto no sé qué ropa llevar.

—Algo sencillo y cómodo —respondió pensando que seguramente al final del día Feriha terminaría molestándose.

Pero valdría la pena.

La jovencita lo miró de manera minuciosa. Emir ya se había cambiado y lucía casual, llevaba una camisa ligera y unos pantalones a tono.

—Bien, enseguida regreso —habló corriendo escaleras arriba.

— ¡No tardes!

Minutos después, Feriha apareció luciendo un bonito y sencillo vestido a medio muslo, el atuendo se complementaba con unas sandalias de tacón bajo.

— ¿Así estoy bien?

Emir la miró de arriba hacia abajo.

—Perfecta —contestó regalándole un guiño de ojo.

Ambos se tomaron de las manos y caminaron hacia la cochera. Cuando Feriha estaba a punto de subir al auto, Emir se percató de que tenía un semblante sumamente serio.

— ¿Qué sucede?

Silencio.

—Feriha —llamó con suavidad tomándola del mentón para que lo mirara a los ojos—. Dime.

—Es que... Yavuz —balbuceo haciendo una mueca—. ¿Tú crees que sea verdad lo que nos dijo de esa mujer?

Emir acortó la distancia que los separaba y la tomó del rostro acunando sus mejillas entre sus manos.

—Amor, te prometo que no permitiré que Ece, Yavuz, ni nadie nos hagan daño, ¿sí? —aseguró—. Pero ahora no quiero que pensemos en ello. Solo quiero disfrutar de nuestro día... Solo tú y yo.