86) Verdad al descubierto

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Prohibida la copia total, parcial o adaptación. (Seamos respetuosos con el trabajo ajeno).

AMOR SIN FINAL

Autora: Daiana Mibrani


Yavuz estaba en su despacho leyendo el periódico y bebiendo su café matutino. Había tenido una semana muy ajetreada, por lo cual, ese día había decidido quedarse en casa para descansar.

—Hola cariño, qué sorpresa que aun estés aquí —dijo Sanem ingresando al lugar.

Yavuz sonrió y dejó el periódico de lado.

—Decidí tomarme el día.

La mujer desvió la mirada intentando ocultar su evidente nerviosismo... Claramente no esperaba tal cosa.

—Qué bueno, amor. Te lo mereces. —Sanem se aproximó a su novio para darle un masaje en los hombros—. ¿Por qué no salimos a dar un paseo? El día está hermoso.

—Prefiero quedarme aquí y descansar.

—Pero podríamos ir al sauna. Estoy segura de que sería muy relajante para ti.

El muchacho sonrió.

—Perece que no quieres que esté en casa.

— ¿Cómo crees, cariño? Solo deseo lo mejor para ti —habló con una sonrisa nerviosa.

Sanem miró con cautela hacia la puerta

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Sanem miró con cautela hacia la puerta. Se supone que distraería a los guardias para que Güneş pudiera escapar e ir en busca de Emir, pero claramente no contaba con que Yavuz estaría en casa a esas horas.

—Lo mejor para mi es quedarme aquí contigo. —El joven se puso de pie y besó los labios de su amante tomándola con fuerza por la nuca.

Sanem respondió gustosa intentando distraerlo. Si había algo en lo que tenía una vasta experiencia era en la seducción de hombres.

Entre candentes besos y lujuriosas caricias ambos se dejaron llevar hasta terminar recostados sobre el escritorio, pero justo en esos momentos, unos fuertes golpes en la puerta los obligaron a separarse.

— ¿¡Qué sucede!?

Kamel, la mano derecha del Yavuz, ingresó al despacho ignorando la molestia de su jefe.

—Es la señorita Güneş... Acaba de escapar.

Yavuz lo miró sorprendido mientras Sanem cerraba los ojos maldiciendo por dentro.

— ¡¿Cómo es posible?!

—No se preocupe, mis hombres la están siguiendo. La señorita acaba de tomar un taxi.

—Prepara el auto. —Yavuz salió del despacho como alma que lleva el diablo. Kamel lo siguió y Sanem quedó sola en la sala.

— ¡Maldita sea, chiquilla estúpida! Se supone que tenía que esperar a que le avisara para marcharse. ¡Lo arruinó todo!

Amor sin Final (Femir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora